De acuerdo con información de la memoria de labores de Finsa, los trámites para ser banco empezaron en el 2014, pero no fue sino hasta este año que la Junta Monetaria (JM) autorizó su funcionamiento.
Al 31 de marzo de este año, según la Superintendencia de Bancos (SIB), Finsa tenía activos por Q302.16 millones, una cartera de créditos de Q121.33 millones y registraba utilidades de Q970 mil.
Federico Linares Martínez, director general del Banco G&T Continental, comentó que Finsa ya tenía un mercado y lo que hicieron sus accionistas fue capitalizar la entidad para convertirla en banco, llenaron los requisitos que pide la SIB, solicitaron la aprobación de la JM y finalmente recibió luz verde. “La ventaja con este grupo es que tienen experiencia financiera y es sano”, afirmó Linares Martínez.
Según el ejecutivo, el nuevo banco llega en momentos en que la plaza bancaria guatemalteca continúa siendo, a ojos del Fondo Monetario Internacional (FMI), una de las más estables y sanas del continente.
Agregó que de acuerdo con el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, en el capítulo que se refiere a los indicadores de salud para banca, Guatemala se sitúa entre los nueve sistemas financieros más saludables de los 134 países considerados en el ranquin.