Por lo anterior, se prevé que las pérdidas económicas alcancen los Q3.5 millones, equivalentes a 1 mil 750 millones de manzanas que no se venderán en mercados locales y nacionales.
También han sido afectados los productores medianos y grandes, porque no están recibiendo una buena oferta por parte de los compradores, por lo que el producto está quedándose sin llegar al consumidor.
Santos Algua, productor de manzana y presidente de la Asociación Nacional de Productores Frutales Deciduos, Región Chichicastenango (Anapderch), refirió que la baja producción es resultado de la canícula prolongada que azotó la región, “porque la falta de lluvia afectó el crecimiento y la calidad de la manzana”, dijo el agricultor.
“Vamos a tener unas pérdidas muy grandes, pero solo contabilizamos lo invertido en la siembra y cultivo, mano de obra y transporte de la manzana. Estamos viviendo lo mismo de hace cuatro años”, indicó Algua.
De las más de 87 comunidades con que cuenta Chichicastenango, en 50 de ellas se dedican de lleno a la producción de manzana, melocotón y ciruela, productos empleados en esta época para la elaboración del ponche o “caliente”, como le llama la población en el occidente del país.
Conocimiento ancestral
Erwin Ardón, director de Planeamiento del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Diplan-Maga), afirmó que la entrada tardía del invierno y las altas temperaturas incidieron en que, este año “fuera “atípico” en la agricultura, especialmente para los pequeños productores que no tienen condiciones para controlar un sistema de riego por goteo.
El director del Diplan-Maga comentó que la producción de la manzana nacional empieza a finales de mayo y concluye en julio. Sin embargo, la escasez de lluvia, las temperaturas altas y la entrada tardía del invierno afectaron la siembra y cosecha.
“Esto incidió en una baja de entre un 20% y 25% de la producción de manzana nacional”, informó el técnico del Maga.
Ardón agregó que los pequeños productores de manzana poseen un buen conocimiento ancestral, y que existen otras áreas en el país donde se está cultivando este fruto, como en Río Blanco, ubicado en el departamento de San Marcos, y también en zonas de Quetzaltenango.
Iván Buitrón, gerente de la División de Desarrollo de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), enfatizó la importancia de llevar tecnificación al campo.
“Los pequeños productores no reciben apoyo gubernamental, pero entre varias asociaciones logramos brindar asistencia técnica a 150 productores de frutas y mejorar así las buenas prácticas agrícolas”, concluyó el técnico agropecuario.
