Ese ministerio muestra avances significativos en la implementación de una cuenta satélite (CS) que sea considerada para las decisiones económicas y políticas del país.
Sergio Vega, coordinador de la Cuenta Satélite de Cultura, explicó que dicha herramienta consiste en un marco metodológico y analítico que permite reflejar mediciones sobre las actividades económico-culturales, que se derivan del Sistema de Cuentas Nacionales.
“Esto no quiere decir distorsionar las cuentas nacionales”, aclaró Vega.
Guatemala sentó las bases para la implementación de la Cuenta Satélite de Cultura en abril del 2014, y se tienen avances preliminares en materia de la nomenclatura de actividades culturales, desarrollo de directorios culturales y boletas para la generación de información primaria.
Los cuatro indicadores globales que buscan medir con esa cuenta es el producto interno bruto cultural, generación de empleo, gasto e inversión cultural privada y pública, además de la balanza comercial cultural, dijo el coordinador.
Estudios
En la actualidad existen avances respecto de los estudios que relacionan la economía y la cultura en Guatemala.
Estos son parte del análisis de la Contribución Económica de la Cultura elaborado por (MIDUCE-BID 2007) y El Valor Económico de la Semana Santa en Antigua Guatemala (2013).
En general, el valor promedio de las industrias culturales en Guatemala para el período 2001-2005 fue de 7.5% del PIB.
Las actividades relacionadas con la cultura (ARC), que incluyen prensa y literatura, música, producción de teatro, operas, películas y video, radio y televisión, fotografía, y artes gráficas y visuales, representaron en promedio el 3.1% del PIB (Q6 mil 359 millones), mientras que las actividades parcialmente relacionadas con la cultura (APRC) representaron en promedio el 4.3% del PIB, y el 4.2% del PIB (Q8 mil 756 millones).
“La idea es importante y novedosa”, manifestó.
Carlos Martínez, analista económico independiente.
Según el objetivo, es reflejar la importancia de las instituciones en su aporte a la producción nacional y cuál es la categoría de las instituciones en términos a su aporte a la economía, “porque no todas tienen la misma categoría”.
Enfatizó que es “difícil medirlo, porque no se sabe cuál es la proporción de una institución en términos cuantificables”, refirió.