Nueve fueron los líderes seleccionados entre 2 mil 500 solicitudes recibidas en Guatemala, entre ellos López, quien afirmó que el proceso para aplicar es sencillo.
“En mi caso, aproveché a conocer la industria de alimentos en uno de los países más grandes del mundo, aprender sobre lugares dentro de Estados Unidos donde se produce el garbanzo, fue un aprendizaje valioso”, dijo.
Depende de los emprendimientos así es como las embajadas establecen los contactos con exbecarios de años anteriores y organizan una reunión previa al viaje para aprender cómo aprovechar al máximo el programa.
“Una de las enseñanzas que más me impactó fue la que me dio Aaron Bendfeldt, de Groon. YLAI será lo que quieres que sea, si quieres que sea un viaje todo pagado y disfrutar tendrás experiencias culturales y tu proyecto no avanzará; pero si lo que quieres es avanzar tienes que dedicarte, porque no van a hacer el trabajo por ti”, fue un buen recordatorio de cómo manejar las expectativas del programa, expresó López.
“Lo que hice fue poner atención en las conferencias, ser participativo, preguntar, si analizaba que el conferencista me agregaba valor lo abordaba y pedía contactos”, dijo.
Los primeros días del programa se conocen entre los mismos emprendedores de Guatemala y luego se presentan con los participantes de los otros países, unos van haciendo escalas en diferentes ciudades y así se empiezan a repartir por los diferentes Estados.
“Conocí a muchas personas y realicé contactos con los mismos emprendedores y empresarios, al menos mil contactos al alcance de la mano”, afirmó López.
A Rodrigo lo asignaron en la ciudad de San Diego, California, y desde que supo que ganó empezó a enviar correos a la organización, porque en ese período tenían posibilidad de producir garbanzo en una planta allá y los pudo ir a visitar.
Para él fue una oportunidad enorme, dado que visitaron diferentes empresas, y lo importante es que los emprendedores vayan a ciudades que tengan relación con su emprendimiento, pero hay tanta variedad de modelos de negocios que es un reto poder coordinarlos a todos.
Le asignaron a una empresa que elabora yogur vegano a base de coco, los primeros días le interesaron a Rodrigo, pero luego observó que ya no podía sacar tanto provecho y en lugar de quedarse todas las semanas ahí, mejor solicitó un permiso a la organización para llegar un día a la semana a reuniones específicas y mejor programó visitas a supermercados, a otras empresas, es decir, armó su propio agenda.
Por lo anterior, es importante que los seleccionados se informen previamente del nombre de la empresa y la ciudad a la que llegarán para poder establecer contacto y presentarse con el anfitrión, esto ayuda a tener claras las expectativas de ambos.
“Hay que tener los ojos abiertos y no tener miedo de preguntar si es posible adaptar los horarios. Cuando uno entra a este programa lo coloca a uno en un panorama mundial”, afirmó.
El becario debe tomar en cuenta que también les corresponde completar un trabajo administrativo, que en su mayoría es educativo.
“El programa me dio la oportunidad de validar mi idea, me reuní con dueños de empresas que tienen un contexto similar, empresas que venden en otros países, pude presentar mi proyecto validar precios, costos de ruta y propuesta de valor, y me asesoraron”.
Nuevos socios y proyectos
Otro valor agregado es la asesoría posterior, con quienes es posible tener comunicación y consultar con confianza en el camino distintas inquietudes.
El programa aportó tanto para la empresa actual Yummus como para otras ideas del futuro. “Siempre he sido entusiasta y enamorado de la tecnología, ahora preparo el camino para una nueva aventura”.
Cuando Rodrigo regresó de Estados Unidos, llevaron a cabo un “intercambio de regreso”, que consiste en que el anfitrión de Estados Unidos visite al becario en su país de origen y aprenda de el contexto.
Aplicó para poder traer a una persona que agregaba valor al país, y compitió junto a otros 60 exbecarios de todos los 250, los seleccionados recibieron presupuesto para ejecutar un programa.
Por dos semanas recibió a una persona con quien se estableció un contacto interesante para apoyar a más emprendedores, después de ese programa se afianzó la relación y se volvieron socios y ahora esta a cargo de la expansión de su negocio en Latinoamérica con otro proyecto.
La otra oportunidad es que el 13 de septiembre Rodrigo volverá a viajar a EE. UU. nuevamente a la ciudad de San Diego, pero ahora como conferencista donde hablará frente a 300 personas de su proyecto y volverá a establecer los contactos que dejó.
“Ahora soy socio de un nuevo proyecto y no lo hubiera logrado sino hubiera llenado por un par de minutos la aplicación para YLAI”, enfatizó López.
Recomendaciones para aplicar
El primer paso arranca con una aplicación en línea ylai.state.gov donde encontrará el proceso y diferentes preguntas que deben explicar el modelo de negocio, luego el emprendedor debe describirse, y por último transmitir las razones por las que está aplicando a la beca.
“Por lo general las propuestas que reflejan un impacto social poseen altas probabilidades de pasar a la etapa de clasificación, y otro consejo que puedo compartir es que su propuesta defina el aporte que puede hacer el emprendedor si fuera seleccionado”, dijo López.
Otra observación que dijo el emprendedor es que el programa no otorga capital semilla, por lo tanto, el candidato debe estar claro que no recibirá este tipo de inversión pero sí la oportunidad de ampliar sus conocimientos y afianzar su idea, todo depende de cómo lo aproveche.
“Hay que tener claras las expectativas al momento de aplicar para que la propuesta posea valor”, expresó el emprendedor.
Luego de aplicar, un comité de exbecarios tanto de Guatemala como de otros países se encargan de evaluar las propuestas y para ello seleccionaron a personas que se encargan de calificar las propuestas nuevas, pero no evalúan al mismo país.
El siguiente paso es una entrevista donde el emprendedor expone frente a un comité de selección local, y evalúan la viabilidad de los semifinalistas del país.
Finalmente el candidato a la beca recibe un correo donde fue seleccionado y continúa el proceso de trámites administrativos.
El programa incluye presupuesto para pago de boletos, hospedaje, comida, transporte, los gastos son cubiertos por el gobierno de EE. UU. por cuatro semanas, también brindan un seguro médico y cualquier tipo de emergencias se puede avocar a la organización.
“Recibí la confirmación que había sido seleccionado en el momento en que me encontraba en un retiro espiritual donde hablamos de cambios y propósitos de vida, y me entero, en ese momento, que fuimos seleccionados, fue un momento muy emotivo”, expresó López.
La convocatoria está abierta hasta el 18 de septiembre.
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