Este se encuentra en fase de pruebas y se espera que en agosto sea habilitado para operar en forma comercial, explicó Jessica Cordero, ingeniera de proyectos de esa empresa.
El proyecto empezó operaciones hace dos años, la CNEE ya lo aprobó en enero de este año y también está registrado como Generación Distribuida Renovable, es decir proyectos con recursos renovables de una capacidad máxima de hasta 5 MW.
Cordero explicó que la semana pasada los técnicos efectuaron pruebas, las cuales podrían durar unas dos semanas y se espera en agosto sincronizar con el sistema eléctrico nacional y poder lograr y la aprobación de Administrador del Mercado Mayorista (AMM) para operar.
La ejecutiva indicó que la idea inicial fue ser autoproductores, pero decidieron que inyectarán y venderán la generación a la red nacional; ahora están en la fase de negociación de un contrato.
Transformación
Explicó que dentro del proceso de transformación que lleva la palma africana quedan desechos que contienen agua, lodo y aceite, a los cuales se les hace un tratamiento de biodigestión para extraer metano.
Los desechos contienen agua, lodo y una cantidad mínima de aceite.
Pasa por unas piscinas de enfriamiento en donde se regula la temperatura.
Llega al área de biodigestión, que son otras piscinas dentro de unas carpas. El digestor es como si fuera un estómago y en el cual se regula la temperatura.
La última fase es la metanogénica, en esta las bacterias del mismo nombre crean el metano y se acumula en las carpas.
Al obtener gas pasa al biofiltro, en el cual se limpia del gas el ácido sulfhidríco (sulfuro de hidrógeno) para evitar que corroa el equipo del generador.
Se limpia el gas, se seca (se quita el oxígeno) y se traslada a la planta de generación.
En ese proceso se debe regular la temperatura de la energía, porque si se le coloca temperatura muy alta, en condiciones de mucha acidez, o con los parámetros no adecuados se matan las bacterias que ayudan para generar metano, refirió Cordero.
Otros de los desechos que aprovecha la industria es que al recuperar el metano obtienen las aguas ya digeridas, en las cuales las bacterias ya degradaron la carga orgánica y se le da tratamiento de secado para usarlo como abono, dijo.
La idea surgió “como parte de la conciencia hacia el medioambiente y para aprovechar los recursos”, con ello se reduce la huella de carbono por los productos que se generan en la fábrica, comentó.
Explicó que ahora que no están generando energía, el metano no se deja salir al ambiente, sino que hay una mitigación por medio de un quemador de gas.
La palma africana es un cultivo permanente, con 115 mil hectáreas reportadas ocupa el tercer lugar de en extensión sembrada después del café y la caña de azúcar, según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2013.
El cultivo de palma africana ha sido cuestionado por ocupar una gran extensión de tierra sustituyendo otros cultivos, y en semanas recientes en Petén las plantaciones ubicadas en ese departamento son señaladas de contaminar el río La Pasión.
La Industria Guatemalteca de Macadamia, S.A., aparece como autoproductor, por medio de biomasa inscrita ante Energuate. La planta se ubica en Río Bravo, Suchitepéquez y, según datos de Energuate, tiene una capacidad instalada de 5 megavatios.