Perspectivas económicas

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Antonieta de Bonilla: La macroeconomía se mantiene bien, pero es insuficiente para un grado de inversión”

El panorama económico de Guatemala para el resto de 2024 y el 2025 es de calma y estabilidad, aunque persisten riesgos geopolíticos, según la expresidenta del banco central.

María Antonieta de Bonilla, expresidenta del Banco de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Un repaso sobre las expectativas del desempeño macroeconómico, la inversión y los diferentes escenarios para los siguientes seis meses y el 2025, brindó María Antonieta de Bonilla, expresidenta del Banco de Guatemala (Banguat) y decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Rafael Landívar.

¿Qué hace falta para atraer inversión fresca? ¿Qué enfrentará la economía en cuanto a la inflación? ¿Cuáles son los riesgos?, son algunas de la preguntas que respondió la profesional, tras la presentación de la Estrategia Nacional de Atracción de Inversión Extranjera Directa por parte del Ministerio de Economía el pasado 13 de junio:

¿Cómo hay que analizar una estrategia de atracción de inversión?

Es importante conocer la estrategia lanzada desde el Ejecutivo, que ha tenido la participación de varios actores para contar con una visión de mediano y largo plazo, a efecto de atraer más inversiones hacia Guatemala.

Guatemala es un país con mucho potencial, con una estabilidad macroeconómica, que ya no es reconocida solo en América Latina, sino a escala global, pero que necesita dar pasos y saltos cualitativos, para abordar temas de infraestructura y reformas de tipo estructural, que permitan precisamente que aprovechando su ubicación geográfica, todos su recursos, patrimonio natural e histórico, puedan atraerse esos capitales, porque seguimos siendo el país de la región que capta los menores flujos de inversión extranjera directa.

¿Cómo interpretarlo?

Que tenemos el potencial, pero es necesario un esfuerzo integral y una política que, si se implementa, se puedan ir conociendo los avances y observando esos resultados de mayor inversión.

Para un país como Guatemala, ¿cuáles serían los indicadores ideales en inversión para poder captar?

Es un poco complicado hablar sobre un número, pero se ha mantenido entre US$1 mil a US$1 mil 500 millones como mucho, lo que creo que se puede duplicar. En Centroamérica hay países agresivos (como Costa Rica) que han diseñado una política de inversión durante varios años y su implementación ha sido consistente. Esto es importante para que no se trate de lineamientos que solo se lancen en el periodo de un gobierno determinado y que después se puedan cambiar los parámetros.

O sea,

A nivel de los países más grandes de América Latina, cuando se vino todo el tema del nerashoring y de aprovechar lo que estaba ocurriendo a escala global, Brasil y México vieron las oportunidades para atraer inversiones. Pero para eso hay que condiciones que no solo van en infraestructura, sino de recurso humano que las empresas requieren, así como contar con certeza jurídica.

¿Qué más juega en contra de Guatemala?

Si vemos en retrospectiva, no hemos tenido fortalezas en ese sentido, pero ahora hay expectativas de que las cosas pueden mejorar, pero se necesita un plan integral que aborde todos los frentes y una suma de esfuerzos entre los sectores público y privado, la academia y otros.

Desde el punto de vista macroeconómica, ¿cómo ve el segundo semestre del año? 

La economía se ve con una perspectiva estable: la inflación ha venido cediendo (3.76% a mayo) y se encuentra en los niveles y dentro de los parámetros que la Junta Monetaria ha establecido; y la economía estaría creciendo al 3.5%, que son estimaciones en que han coincidido tanto el Banguat, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos que realizan estos pronósticos.

Un tipo de cambio estable, con una leve tendencia a la depreciación; el crédito bancario al sector privado ha venido creciendo y la banca central ha mantenido la Tasa Líder de Política Monetaria, a la expectativa de cuando la Reserva Federal (Fed) de EE. UU., comience a dar un cambio. Pero ahí todavía hay mucha incertidumbre, porque la inflación no ha cedido tanto como para poder regresar a los parámetros que se consideren aceptables.

¿Y el petróleo?  

Hemos visto los conflictos geopolíticos que se han dado y también la desaceleración económica que se prevé para este año en muchas regiones en el mundo, como China, lo que anticipa una menor demanda a escala global. Pero ahí, por el momento, no veo riesgos importantes.

Entonces, digamos que tenemos estabilidad, pero tenemos pendiente una agenda de reformas estructurales que permitan dar ese salto importante a un mayor crecimiento económico que genere más oportunidades de empleo y que coadyuve a disminuir las brechas sociales.

¿Algún shock que puede influir en estas variables…

Lo que se mira desde hace varios años, es que hay un entorno incierto, siempre a escala global. En Estados Unidos habrá elecciones en noviembre, país que sigue siendo nuestro principal socio comercial, de turismo e inversiones, aparte de las remesas familiares (que son clave), porque estos flujos siguen apuntalando mucho la economía por medio del consumo.

Entonces, uno no puede descartar que se intensifique alguno de esos conflictos geopolíticos, lo que puede redundar en determinado momento en cuestiones como los precios o las cadenas de abastecimiento.

¿Cuál es su visión para 2025?

 Sin cambios ni reformas estructurales de fondo continuaremos viendo una economía con un crecimiento promedio de 3.3% o 3.5% y no es inercial, sino que tiene que ver con que se mantenga la estabilidad macroeconómica y déficits fiscales moderados. Aún si se diera un aumento en el gasto público y se atendieran los programas del plan de gobierno, creo que no se generarían situaciones de desequilibrios.

Y sobre las agencias calificadoras de riesgo país…

Sabemos que en meses recientes algunas mejoraron la perspectiva a “positiva” y desde mi punto de vista, no estamos preparados como país para que nos puedan dar una calificación de Grado de Inversión, por el tema de las reformas estructurales que están pendientes.

El FMI recientemente realizó su revisión del Articulo IV y las condiciones en general son positivas, pero siempre hacen ver los temas de carácter estructural y las reformas que se necesitan en Guatemala, precisamente para reducir las brechas sociales y acelerar su crecimiento y desarrollo.

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.