Mientras, hubo otras que implementaron prácticas que, a ojos de mucho, son reprochables y a mi parecer, todo ello redunda en un sólo elemento que es la falta de confianza.
Lo digo porque lo he escuchado de algunos amigos que han tenido que pedir permisos hasta para ir al baño en su propia casa. Supe de una empresa que compró relojes con cronómetro y cámara para que cada que vez que la personas se levanten del escritorio, lo pausen, y se les paga de acuerdo con el tiempo trabajado.
También ha sido muy común escuchar sobre jornadas laborales más extensas en las que no se respetan descansos, tiempo de almuerzo, ni finalización de la jornada porque se les ha pedido estar disponibles a tiempo completo.
En esta nueva realidad, la amistad y la confianza son claves para unas relaciones sanas que faciliten el trabajo en equipo. Cuando se habla de amistad, se debe pensar en todos los niveles.
En primer lugar, confiar en que las personas que hacen el proceso de selección están eligiendo a los mejores candidatos de acuerdo con su experiencia, su competencia, metas profesionales y afinidad con la cultura de nuestra organización.
Por otro lado, valorar la actitud y empatía de los compañeros de diferentes áreas, y, junto a ello, las habilidades y conocimiento de nuestro equipo de trabajo. Este último punto, si bien es necesario para todos los miembros, es vital para aquellos que son jefes y tienen personas a su cargo.
Los líderes están llamados a actuar bajo en nuevo paradigma de gerencia en felicidad organizacional. Un liderazgo que toma los valores como base y donde la confianza hacia su gente es fundamental.
Ésta se promueve en primer lugar al tener un amplio conocimiento, tanto a nivel personal como laboral, de quienes allí trabajan.
Cuando un colaborador siente que se cree en él y se le da autonomía, él mismo va a organizar su tiempo y se va a poner incluso metas incluso mucho más ambiciosas que las que la empresa le podría asignar porque se trata de demostrarse a sí mismo de lo que es capaz y querrá honrar la confianza que su líder le dio.
En la práctica de teletrabajo, se podría nombrar la amistad y la confianza como ese principal atributo que marca la diferencia, pues genera respeto y compromiso. Entre las conductas concretas que ayudan a generarla se encuentran: demostrar interés por los demás, ser transparentes y servir sin esperar nada a cambio.
Como conclusión, desde el interés genuino, el respeto, el amor y la confianza, salen mejores resultados que le apuntan a la productividad y rentabilidad de las empresas.
La burocracia entonces, que seguirá existiendo mientras haya desconfianza en el equipo de trabajo, hará que todo sea más lento y, por lo tanto, debe quedar relegada de la nueva realidad organizacional que se fundamenta fuertemente en que el éxito del colaborador en el teletrabajo, dependerá de la confianza de sus compañeros y líderes.
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Óscar Lemus, es CEO de la empresa colombiana Mide La Felicidad