Esta es la situación que influye en el comercio mundial y uno de los riesgos es que Guatemala resulte afectada, según la apreciación de expertos locales y extranjeros durante un foro realizado por la Cámara de Comercio Guatemalteco Americano (AmCham).
A esto se agrega la persistencia de la interrupción de las cadenas de suministro, sobre todo desde China, lo que ha encarecido bienes, materias primas, insumos y productos terminados, pero a la vez abre oportunidades para que Guatemala pueda aprovechar el nearshoring (cercanía a mercados importantes, como el de Estados Unidos).
Desde la crisis sanitaria en 2020 existe una distorsión global en la logística de transporte de mercancías, mientras los consumidores adoptan la modalidad de recibir los productos en la puerta de su casa, en lo que también incide la aceleración de la digitalización.
“El comercio internacional es la sangre económica del mundo y se están viendo grandes situaciones como el prolongado cierre del Puerto de Shanghái, que atrasa todo el intercambio global”, expuso Juan Pablo Carrasco, presidente de la AmCham.
El fuerte encarecimiento de algunas mercancías y materias primas, que influirán en alzas de productos de la canasta básica de alimentos y hasta una posible escasez, son situaciones que están impactando a la economía global, pero que en Guatemala aún no se ha percibido en su verdadera magnitud, pero que podría verse reflejado en el segundo semestre del año, reiteró el directivo empresarial.
¿Cuál es la lectura?
En el foro se resaltó que se registra más tráfico en diferentes puertos importantes del mundo, lo que sigue generando atrasos en la carga y descarga de los barcos, aparte de un cambio geográfico importante de algunas rutas por parte de las compañías navieras y aéreas.
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Por otro lado, se está experimentando que las tarifas han llegado a precios máximos históricos por los servicios, aunque se comienza a ver una disminución; sin embargo, eso tal vez no dure, por motivos como la inflación en Estados Unidos y Europa, así como el aumento de los precios de los combustibles.
El diagnóstico presentado en el evento remarcó que se ha experimentado una escasez sobre stock -inventario- en otros casos, que a su vez puede generar especulación.
En el contexto guatemalteco, la capacidad de la infraestructura logística sigue siendo un reto importante y se reiteró que hay esperas por más de ocho días en puertos, por el volumen de barcos que arriban, la capacidad de los muelles y falta de equipo o grúas con capacidad para operar de manera ágil.
Roberto Barceló, directivo de Port Everglades, de Florida, expresó que esta situación ha golpeado a unos puertos y países más que a otros. Para el caso de Guatemala, la operación se ha mantenido en cuanto a las exportaciones que reciben, sobre todo de fruta.
Visión integral
Gabriel Corrales, director general de APM Terminals, aseguró que el suministro y la logística forman toda una cadena y no exclusivamente se debe centrar la atención en los temas portuarios, ya que ese es solo un eslabón, por lo que también se debe revisar el transporte terrestre, las capacidades de recepción y el procesamiento en las fábricas.
En los puertos de Estados Unidos, se hizo una revisión de las operaciones y se determinó que ellos trabajan 12 horas en una economía madura, por lo que se ordenó trabajar 24 horas, pero en los países de esta región se hace de forma natural, para mantener el ritmo de las importaciones y exportaciones.
A la vez se detectó que, al trabajar 24 horas, en EE. UU., provocó un déficit de camioneros en los puertos y no retornaron por nuevas cargas, poque las capacidades de descarga en los sitios de destino eran inferiores a 12 horas del día.
“La perspectiva es que hay que ver la cadena logística como un todo, en infraestructura y capacidad de gestión”, puntualizó.
Predomina la incertidumbre
Juan José Arreaza, gerente de operaciones de la Intendencia de Aduanas, expresó que hay una incertidumbre que persistirá, así como un fenómeno de mayor compra de los contribuyentes, quienes han incrementado sus volúmenes de importación.
“Las empresas están comprando más, a causa del conflicto y las tarifas de las navieras, por lo que hay más operaciones de comercio. No sabemos cuándo se va a regularizar la situación, pero se realizan acciones en conjunto entre las aduanas, los puertos y las autoridades para ajustar el proceso y hacerlo más eficiente”, enfatizó.
El funcionario descartó que en Guatemala se presente en este momento una escasez y por el contrario, hay un aumento en la cantidad de operaciones y eso está provocando la congestión de contenedores y barcos graneleros en los puertos.
“El efecto del mismo comercio internacional, la pandemia y el conflicto han impactado a muchas de las materias primas y es probable que algunas escaseen o tengan que buscarse en otros mercados. En todo caso, para el segundo semestre del año, la expectativa de la Intendencia es que se van a mantener los volúmenes de operaciones y de recaudación”.
“Hay varios retos”
Byron Ardón, gerente de logística de la firma Crowley, aseguró que el transporte marítimo pasa por varios retos y el primero es la situación del conflicto internacional, que está obligando a las empresas a realizar outsorcing -contratación de proveedores externos- de las mercancías y materias primas en lugares más colindantes a las plantas de producción, y a personas que los puedan apoyar a los lugares cercanos, por lo que el transporte marítimo está agregando más recurso a la región.
“Es un evento importante para poder generar más inversión en Guatemala, sin embargo, es necesario un trabajo conjunto entre sector público y privado para pensar en la facilitación del comercio”.
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Reiteró que hay un trabajo coordinado con las autoridades aduaneras, pero falta incluir a otras entidades; sobre todo, de las direcciones portuarias, antinarcóticos y otras para entender y confiar en los Operadores Económicos Autorizados.
Casos conocidos
Entre los casos conocidos en la Intendencia, está el de un empresario cuya mercadería tarda 30 días en llegar desde China hacia Guatemala, pero ahora el lapso es incierto y no se sabe con certeza, cuándo se van a embarcar las mercancías, lo que puede ser hasta en julio. Una vez la mercadería está a bordo del buque, los días de tránsito pueden ser los mismos.
Entonces, para el segundo semestre se marca una estacionalidad en las importaciones, pero ahora se anticipa que esa fase podría ampliarse y desde junio se podrían observar cargas para el comercio navideño. Y un sobreinventario implicaría gastos adicionales de almacenaje, que se trasladarán al consumidor final.