La temprana escasez de reservas de granos, asociada a la baja productividad de las cosechas derivado de la reducción de áreas de cultivo y el limitado uso de fertilizantes ante el alza de precios, entre otros factores, provocará que las familias de áreas vulnerables experimenten crisis alimentaria durante este lapso, según la perspectiva de Seguridad Alimentaria para Guatemala de FEWS NET (Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna), de febrero a septiembre 2023.
El informe denominado, “Inicio prematuro de la temporada de escasez debido a cosechas e ingresos insuficientes“, indica que las familias en áreas focalizadas del Corredor Seco, Altiplano Occidental y Alta Verapaz, experimentarán resultados de Crisis (Fase 3) de la clasificación integrada de la seguridad alimentaria por fases (CIF)).
“La fase 3 de Crisis de Inseguridad Alimentaria aguda, indica que los hogares tienen brechas de consumo de alimentos que se reflejan en desnutrición aguda alta o peor de lo usual; o son marginalmente capaces de satisfacer sus necesidades alimentarias, pero únicamente mediante agotar activos esenciales de medios de vida o a través de estrategias de afrontamiento de crisis”, explicó Viviana Rendón Valle, coordinadora de Seguridad Alimentaria de la Fundación Acción contra el Hambre Misión Centroamérica.
De acuerdo con el calendario estacional para un año típico del ciclo agrícola de FEWS NET, el período de escasez de alimentos va de mediados de marzo hasta principios de agosto; sin embargo, este año las reservas se agotaron antes del inicio de ese lapso.
Baja producción
La entidad asegura que la cosecha de granos básicos de postrera concluyó con resultados mixtos. Mientras que los productores excedentarios comerciales reportaron una producción promedio, gracias al uso normal de insumos agrícolas y al buen desempeño de las lluvias, los agricultores de subsistencia obtuvieron volúmenes inferiores.
“Para ellos, el acceso a los insumos agrícolas (fertilizantes y plaguicidas) ha sido limitado por su alto precio, obligándolos a prescindir o reducir la cantidad de estos productos, y disminuir el área sembrada, restringiendo su producción para el autoconsumo”, refiere el documento.
En el Altiplano Occidental, el único ciclo de cultivo de granos básicos dedicado al autoconsumo, terminó recientemente y al igual que en el ciclo de postrera en el resto del país, hubo una reducción en las cosechas de subsistencia, por la falta o poco uso de fertilizantes y otros insumos.
De acuerdo con las previsiones, los cultivos del ciclo de postrera tardía de Petén y la Franja Transversal del Norte, que se cosechan entre febrero y marzo, se desarrollan favorablemente y se esperan volúmenes promedio. Esta producción, junto con las reservas nacionales de cosechas pasadas y producto importado, abastecerán los mercados nacionales.
Sin embargo, la escasez de las oportunidades locales de trabajo y los altos costos de producción provoca que los ingresos de los productores de subsistencia disminuyan, reduciendo su capacidad de compra de alimentos. “Además, debido a los altos precios de alimentos y del transporte, los ingresos percibidos están siendo rápidamente utilizados para el pago de créditos y compra de alimentos básicos”, subraya el informe.
Activación de contingentes
Como respuesta, en lo que va de 2023, el Ministerio de Economía (Mineco), autorizó la importación con arancel cero (sin impuesto de importación) de 800 mil toneladas métricas de maíz amarillo y 50 mil toneladas métricas de maíz blanco para atender las necesidades de la población durante el año 2023, ante la insuficiencia de la producción nacional para atender las necesidades de la población.
En general, el maíz amarillo tiene uso industrial, ya que por un lado se emplea como materia prima para la producción de harinas de consumo humano, así como para alimentos destinados a la crianza de animales. Pero el maíz blanco se destina al consumo humano, tanto en la forma de tortillas, como de otros comestibles preparados a base de este grano.
De acuerdo con el ministro de Economía, Janio Rosales, a la fecha se han adjudicado 11 mil 971 toneladas métricas del contingente autorizado para maíz amarillo, mientras que el contingente de maíz blanco se habilitará hasta el 1 de mayo próximo, ya que el informe técnico del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga), sobre el cual se sustenta la autorización de un contingente, señala que hay producción nacional para cubrir la demanda, hasta esa fecha.
Factor precio
De acuerdo con el análisis de FEWS NET, el comportamiento de los precios internacionales sigue influyendo en los costos de producción. En enero último, los precios externos de los fertilizantes nitrogenados se mantienen aproximadamente 40% por encima de la media quinquenal; sin embargo, estos compuestos registraron leves descensos en el último trimestre de 2022.
A nivel nacional, el precio del fertilizante Urea se mantuvo 45% por encima de lo observado en enero de 2022 y más de 100% por arriba del promedio quinquenal. Las reducciones observadas en el mercado internacional aún no se han trasladado al mercado local, debido a la disponibilidad de reservas de producto importado a precios elevados durante 2022.
Los altos precios han provocado una menor demanda y, por consiguiente, la reducción de su importación. Por ejemplo, de enero a julio del 2022, el volumen importado de fertilizantes nitrogenados fue 16% menor al de 2021, pero el valor de esas importaciones subió 75% en el mismo período, destalla FEWS NET.
Al igual que para los fertilizantes, el precio internacional del petróleo ha mostrado una tendencia a la baja desde mediados de 2022. En diciembre, el precio nacional del diésel se redujo en 9% comparado con noviembre, pero eso equivale a 45% y 72% por arriba del de diciembre 2021 y del promedio de últimos cinco años, respectivamente.
Los cambios en el precio internacional muestran leves reducciones. Sin embargo, estas variaciones no se han trasladado a los precios del transporte en general, los cuales aumentaron casi el 100% durante la pandemia y no han regresado a los precios previos. Asimismo, el alza en los precios de transporte de carga se sigue trasladando a los precios de los alimentos.
El alza en la inflación general está influenciada por el incremento en la división de gastos de alimentos y transporte. En el caso de los alimentos, los granos básicos, verduras y tubérculos lideran el aumento de precios. En cuanto a las diferencias regionales, la mayoría de las regiones reportan tasas de inflación superiores al indicador nacional, como resultado de incrementos significativos en el precio de los alimentos, según el documento.
En enero 2023, los precios al mayorista del quintal de maíz estuvieron estables comparados con el mes anterior, pero aumentaron 29% y 65% en comparación con enero de 2022 y el promedio de los últimos cinco años, respectivamente. El frijol negro experimentó algunos decrementos de acuerdo con la estacionalidad, pero sigue muy por arriba del promedio de los últimos cinco años (41%), al igual que otros alimentos de la dieta básica, como el aceite y el arroz.
Para cubrir los aumentos a los costos de la canasta básica, los hogares han debido recurrir más frecuentemente al préstamo de dinero. De acuerdo con informantes clave en las áreas rurales, donde el préstamo informal es común dentro de la comunidad, hay una frecuencia creciente de préstamos de dinero o alimentos al crédito en las tiendas comunitarias. “Los hogares pagan la deuda en cuanto tienen dinero, pero rápidamente vuelven a pedir prestado”, subraya el documento.
Escasean los ingresos
La temporada de alta demanda de mano de obra agrícola en cultivos comerciales como el café, está llegando a su fin, y con ella la principal fuente de ingresos para los hogares rurales pobres. Dado que la demanda de jornal y su precio están dentro de rangos promedio en estas fincas, el ingreso de los jornaleros se encuentra entre Q30 y Q50 por quintal. El promedio de volumen de corte es de 1 a 1.5 quintales al día por persona.
Según el informe de FEWS NET, las fincas ubicadas en el occidente, específicamente, se enfrentaron a un desafío adicional, ya que la alta migración a México y Estados Unidos ha reducido la oferta de cortadores. Esto los obliga a incrementar en Q10 y Q25 por quintal, el valor del jornal.
Sin embargo, el escenario para los pequeños productores es de una menor demanda de jornaleros, ya que, como estrategia para reducir los gastos de producción, se incrementa la mano de obra familiar. En general, los hogares que usualmente no migran durante estos meses y que buscan trabajo a nivel local, han experimentado la disminución de ingresos.
Área de preocupación
El informe de FEWS NET hace hincapié en la alta vulnerabilidad del Altiplano Occidental, que abarca los departamentos de Huehuetenango, San Marcos, Quiché y Sololá, y la ubica como “área de preocupación”. A mediados de enero en esta zona, el único ciclo productivo de maíz ya había terminado. En las áreas de mayor altitud, los cultivos aún se encontraban secando en campo (en dobla) o en proceso de recolección (tapizca), pero en el resto del departamento ya se había hecho las cosechas entre noviembre y diciembre.
Este año, en esa área, los rendimientos de granos básicos están por debajo del promedio debido a la disminución de áreas de siembra o a la disminución o no uso de fertilizantes por su alto costo. Por ejemplo, los precios promedio actuales del fertilizante 20-20-0, que es el más usado por los pequeños agricultores, están ente Q400 y Q450 por quintal frente a los Q250 y Q300 por quintal en 2022, y Q200 en 2020 y 2021.
Además, en algunas áreas se reportaron daños a los cultivos por lluvias, vientos y plagas. Esto significa que los hogares pobres de la zona, tuvieron maíz solamente para uno o dos meses y todas las reservas se acabaron durante febrero.
Intervención
“Para paliar de manera inmediata esta situación de crisis de inseguridad alimentaria en las familias más vulnerables en estas áreas focalizadas por FEWS NET, es imprescindible el apoyo instituciones de Gobierno y organizaciones de cooperación internacional, de manera que estas familias puedan tener el acceso y la disponibilidad a alimentos nutritivos”, opinó Rendón Valle.
“Y, aunque actualmente, ya se ha coordinado este apoyo en Panzós y otros municipios de Alta Verapaz, por la alarma presentada de casos de desnutrición aguda, es importante que a mediano y largo plazos se implementen programas de desarrollo que incentiven la economía local, la inclusión socioeconómica y los medios de vida para contribuir a mejorar la situación de seguridad alimentaria de las familias, en especial durante el periodo de hambre estacional”, agregó.
Gabriel Pérez, subsecretario Técnico de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN), dijo a Prensa Libre, con motivo de otro reportaje, que se tiene ya el Plan para la Atención del Hambre Estacional, y será dado a conocer próximamente ante el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Conasan).
“(Con relación a la entrega de asistencia alimentaria) no vamos tarde. Es un proceso dinámico; eso no se frena y no lo determina la SESAN; evoluciona día con día, el apoyo debería llegar mañana según la programación de Maga y el Ministerio de Desarrollo (Mides), pues ellos son los ejecutores”, indicó Pérez.