Economía

El curso de 4 horas con el que defraudadores evaden sanciones

El salón estaba lleno, incluso debieron llevar unas ocho sillas más. Ese día, como cada dos meses, se impartió el taller de cultura tributaria, que no es un cursillo cualquiera, ya que los contribuyentes que participan son enviados por orden de juez.

Los que asisten fueron acusados de haber cometido delitos tributarios. Solo ese día asistieron 39 contribuyentes.El curso está diseñado para cuatro horas en una sola sesión.

A pesar de que estos contribuyentes están señalados de haber cometido delitos en contra de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), algunos son beneficiados por decisión de los jueces de Primera Instancia Penal con la suspensión de la persecución y se les impone, entre otras sanciones, la obligación de capacitarse para no volver a incurrir en ningún delito tributario.

Entre los asistentes recientes se encuentra el representante legal de Aceros de Guatemala, Pedro José Raúl Paiz Valdez, quien fue procesado por defraudación tributaria por un monto, sumando multas e intereses, de Q782 millones 863 mil 263.02.

La empresa pagó y el ejecutivo solo fue sancionado con la asistencia al curso. “La medida desjudicializadora contempla que reciba tres cursos de cultura tributaria”, según el Ministerio Público.

Esta alternativa es una forma de desjudicializar los casos tributarios.

El curso sobre cultura tributaria se creó en agosto del 2012 y desde el 15 de marzo se ha impartido 33 veces; han asistido 646 personas.

Tres temas en un día

Cuando a un contribuyente se le sanciona con recibir más de un curso, no tiene que asistir varias veces a la SAT, sino que una misma sesión se divide en tres temas, y por cada uno se entrega un diploma.

Durante esa mañana se capacita sobre Facultades de la SAT, Infracciones y sanciones tributarias y Penalizaciones por ilícitos tributarios.

La inscripción se debe hacer en línea, en el sitio electrónico de la SAT. En este se deben escribir nombre, apellidos, NIT personal, DPI, número de proceso penal y el juzgado que lo lleva.

Son opcionales datos de la empresa y el NIT. Allí se despliega la opción de quién puede acudir, si el representante legal, contador, financiero u otros.

Los cursos se imparten cada dos meses. El más reciente se brindó el 8 de marzo por la mañana y participaron contadores, ejecutivos y empresarios, tanto hombres como mujeres.

Obligación moral

Para el auditor Óscar Chile Monroy, hablar de si es mucho o es poco el tiempo del curso no es lo importante, ya que más que eso es una obligación moral.

• El 27 de febrero último, el Juzgado resolvió que por el caso de Aceros de Guatemala el representante legal, Pedro José Raúl Paiz Valdez, fuera sancionado con asistir a tres cursos.

• El 2 de marzo, Eduardo Beneke, representante legal de Distelsa, S.A, procesado por casos especiales de defraudación tributaria, fue sancionado con tres cursos y una donación a un ente benéfico.

• Otros casos han sido por contrabando o resistencia a la fiscalización.

En su opinión, la posibilidad de una suspensión de la persecución penal en algún caso de defraudación está contenida en los códigos Tributario y Penal, pero solo si la persona o empresa paga los impuestos defraudados y las multas e intereses puede gozar de la medida.

El auditor explica que la suspensión de la persecución por dos años se hace con la advertencia de que no se vuelva a cometer otro delito de esa naturaleza.

El auditor afirmó además que el contribuyente o representante puede recibir los cursos o hacer donaciones.

Contundente

Alejandra Ávalos, quien imparte los cursos, se dirige a los participantes en forma amable, aunque en tono fuerte y directo.

¿Está claro? ¿Tienen dudas?, pregunta constantemente.

Las consultas que le hacen van desde cuánto se cobra de impuesto por una herencia, fechas y documentos que se deben tomar como base para reportes de importaciones, qué hacer si se importa un producto, pero junto con esa carga el proveedor no viene reportado, hasta si se puede cambiar de negocio una caja registradora o sobre rectificaciones.

Los asistentes recibieron conceptos, explicaciones y citas de leyes. El último eje contenía delitos tributarios como la defraudación.

“Si su contador no se lo ha dicho, entonces apúntelo, para que no se le olvide”, agregó la tallerista.

Luego de las cuatro horas, a los participantes se les entregan tres diplomas. Deben revisar que sus nombres y apellidos sean correctos; de lo contrario, el juez no los toma como válidos y los vuelve enviar al curso.

ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.