Al examinar con detalle el Balance General auditado del 30 de junio de 1927, se observa lo siguiente: el capital suscrito es de dos y medio millones de quetzales; el capital pagado es en números exactamente de Q.1.290.847.50; el Fondo de Reserva proveniente de las utilidades de los dos primeros semestres de operaciones es de Q.4,710.29.
El Balance General también auditado al 31 de diciembre de 1945, seis meses antes de cerrar, señala que el capital pagado era de Q.1.875,000.00, y las reservas totales de Q. 1.013,248.68. Esas reservas se formaron con las ganancias de operación con cierres contables y fiscales semestrales, y no anuales como se acostumbra actualmente.
El Libro titulado Nómina de Accionistas del Banco Central de Guatemala, de octubre de 1926, Tip. Amos & Anderson, Suc., Guatemala, C. A., de 39 páginas, da la lista en orden alfabético de cada uno de los accionistas que contados a dedo suman 1,278 personas individuales y jurídicas.
Los mayores tenedores de acciones son los bancos extranjeros y nacionales a quienes los Estatutos consideraron invitarlos para que fueran accionistas. Y un número elevado de personas individuales con pocas acciones. Cada acción tenía un valor de diez quetzales (Q.10.00), y muchas personas apenas tenían una acción.
Varios bancos accionistas
Entre los bancos e instituciones financieras tenían los siguientes números de acciones, en orden alfabético: Ahorro Mutuo, 500; Anglo-South American Bank Ltd., 4,337; Banco Agrícola Hipotecario, 5,000; Banco Americano, 2,500; Banco Colombiano, 5,000; Banco de Occidente, 20,000; Banco Internacional, 2,500; Cooperativa de Ahorro “La Occidental”, 519; Dalgliesh Hnos., 600; Schlubach, Sapper & Co., 1,734.
“El gobierno” así dice el Libro, poseía 100,000 acciones; equivalían a Q.1.000,000.00.
Entre las personas individuales y jurídicas que he seleccionado se encuentran las siguientes, también en orden alfabético: Alvarado Tello, Bernardo, 100; cuatro miembros de la familia Aycinena, 1,274; Bouscayrol, Antonio 1,301; Cabrera H. Abraham, 500; Calderón, Florencio, de Huehuetenango y mi tío, 87; Castillo Hermanos, 2,500; Coloma Beltranena Hnos., 420; Cía. Holandesa de Comercio de Centro América, 1,000; Díaz Durán, José, 600; Engel, Arturo, 500; Engel, Enrique, 500; Falla, José, 100; Federación de Centro América, 172; Franco, Samuel E., 20; Goycolea & Co., 2,000; Herrera, Salvador, 1,000; Herrera & Co., 2,168; Hospicio Nacional, 867.
Siguiendo con el abecedario, a partir de la “i”: Ibargüen Hnos., 2,500; Irigoyen, Juan, 5,000; Larrave, Miguel, 200; López, Claudio, 2,042; Lowental, Francisco, 867; más otras personas del mismo apellido con acciones adicionales. Mackenney Hnos., 867; Medrano, J.A., 500; Mena, Ernesto, 270; Molina, Santiago, de Huehuetenango, mi abuelo, 500; Orellana, José María, 2,000 y Presidente de la República; Palma, Baudilio, quien fue Secretario de Hacienda y por breve tiempo Presidente de la República, 1,000; Rodríguez R. & Co., 1,000.
Para terminar con el abecedario y siguiendo con la letra “s”: Schacher Hnos., 261;
Tinoco, Rafael, 250; Willemsem, Mario H., 300; Zachrisson, Carlos O., 1,000, quien fungía como Ministro de Hacienda cuando se fundó el Banco; Zebadúa, Manuel, 100.
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Accionistas con pocas acciones
Los más de mil pequeños accionistas tenían de una a diez acciones; y otro grupo de once a más acciones. Haría falta hacer un cuadro estadístico para agrupar por número a los accionistas.
Conclusión: fue muy bien aceptada la emisión de acciones del Banco Central de Guatemala, y se colocaron en tres días. Seguidamente, se amplió la emisión para que personas de provincias pudieran adquirirlas.