Durante el proceso, el exmandatario defendió la inocencia de Villanueva. Mientras se desarrollaba el juicio oral y público, el entonces presidente, envió una carta en la que narró los hechos y justificó el actuar del escolta presidencial. Su actitud le valió muchas críticas.
Esta no sería la única ocasión en la que Arzú defendería a Villanueva y a Lima Oliva.
El 20 de enero del 2000, ambos militares fueron capturados acusados del asesinato de monseñor Juan José Gerardi, hecho que sucedido el 26 de abril de 1998 durante la administración de Arzú.
El 8 de junio de 2001 el Tribunal Tercero de Sentencia condenó a Byron Lima Oliva y a José Obdulio Villanueva a 30 años de prisión por el delito de ejecución extrajudicial y al sacerdote Mario Orantes Nájera a 20, por complicidad.
Aunque en agosto de 2002 la corte admitió una apelación presentada por la defensa de Villanueva y anuló la sentencia, el exmilitar nunca salió libre. Murió decapitado en un motín en la cárcel del Preventivo de la zona 18, en febrero del 2003.
Byron Lima Oliva tuvo un destino similar que el de Villanueva, murió baleado, en julio de 2016, en el interior de la Granja de Rehabilitación Penal Pavón.
La semana pasada, la Comisión contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público anunciaron la solicitud del retiro de inmunidad a Arzú por peculado y financiamiento electoral ilícito.
Hasta ahora, Arzú ha admitido haber dado trabajo a la viuda Villanueva y a la pareja de Lima Oliva. Su justificación es que que ambos “habían sido injustamente encarcelados” y dijo: “había querido ayudar”.