“¿Paternidad? Es algo que no lo manejamos así. Son rachas. Comunicaciones no tiene padre; es un equipo grande donde también hemos logrado muchísimas cosas”, explicó ayer el charrúa al finalizar la práctica a puerta cerrada que tuvo su equipo.
“Son rachas de las que hay que salir, lo hemos hablado con los jugadores. Es una bonita oportunidad ahora, pensando en el futuro, ya que queremos estar lo más arriba posible para tratar de acortarle distancia a Guastatoya”, aseguró.
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El estratega, quien lideró la obtención del hexacampeonato —Clausura 2015—, está tranquilo porque sus dirigidos han dejado atrás los malos momentos —cinco juegos sin ganar— y han empezado a recobrar sus mejores sensaciones, que les valieron para ocupar la cima del Apertura 2018.
“El equipo ha vuelto a generar lo que nos gusta y a ser dinámico”, enfatizó el timonel, quien añadió que las lesiones de jugadores claves como Alexánder Larín y Rodrigo Saravia y la suspensión de algunos han debilitado a su plantilla.
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Olivera, quien insiste en que “los clásicos son partidos distintos”, intentará que esta vez su conjunto no le dé vida a los rojos, que son octavos, con 21 unidades, y están fuera de los puestos que dan acceso a la fiesta grande.
“Hay ilusión por lograr un triunfo, sabiendo la responsabilidad que tenemos de no dejar resurgir a un rival que en finales puede ser difícil”, comentó.
El 19 de mayo del 2016, en la edición 293, se dio el último triunfo de los albos en clásicos. ¿Lograrán redimirse hoy?.
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