El pasado domingo saltaron las alarmas en Roma y en Argentina. Dybala se llevó la mano al cuádriceps nada más tirar un penalti ante el Lecce en la Serie A. Fue sustituido al momento y se esperó hasta el martes para hacerle las pruebas pertinentes. Sin embargo, el derrame interno en el músculo imposibilitó los exámenes, que se atrasaron hasta este miércoles.
A primera hora de la mañana, “La Joya” acudió a la clínica privada del club y, según cuentan medios italianos, se confirmaron las sospechas de su entrenador, el portugués José Mourinho, quien dijo que veía la lesión “muy mal” y que lo más probable es que volviera a vestir la camiseta ‘giallorossa’ en 2023.
El argentino, a falta de confirmación oficial propia o del club, tiene una lesión en el recto femoral izquierdo que se valorará día a día. El jugador se irá sometiendo a más pruebas para valorar su estado junto a la federación argentina, que tendrá que tomar la decisión de convocarle o no.
Se estima que el tiempo de recuperación en este tipo de lesiones es de unas cinco semanas, aunque los tiempos los irá marcando el propio Dybala en función de cómo vaya respondiendo al trabajo que ya ha empezado.
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