A sus 38 años, el Mundial de Qatar 2022 supone la continuación lógica de una ascensión fulgurante en la carrera de Stéphanie Frappart.
Fue la primera mujer en arbitrar en la segunda división francesa (2014) y luego en la primera categoría –Ligue 1- masculina (2019). También la primera en la Supercopa de Europa (agosto de 2019), en la Liga de Campeones (diciembre de 2020) y en la final de la Copa de Francia (el pasado 7 de mayo). El jueves, en Qatar, seguirá haciendo historia.
Antes de asumir la labor de árbitra principal en el Alemania vs Costa Rica, Frappart había oficiado como cuarta árbitra en dos partidos de este Mundial, en el México-Polonia y el Portugal-Ghana.
“El mensaje que les he dado es que no están aquí porque sean mujeres, sino porque son árbitras de la FIFA“, explicó en el inicio del torneo el italiano Pierluigi Collina, presidente de la Comisión de Árbitros de la instancia mundial.
“Su designación es el resultado de un largo proceso iniciado hace varios años, que comenzó con el nombramiento de mujeres en ciertas competiciones masculinas sénior y juveniles de la FIFA“, dijo, esperando “que en el futuro la presencia de mujeres árbitras en las competiciones masculinas de alto nivel sea considerado como la regla, más que como la excepción”.
La pionera Bibiana Steinhaus
Encontrar una mujer dirigiendo un partido de hombres en el alto nivel es un fenómeno reciente y poco habitual.
En las grandes ligas europeas, la pionera fue la alemana Bibiana Steinhaus, primera mujer en la élite de la Bundesliga, entre 2017 y 2021. En septiembre de 2017, en un Hertha Berlín-Werder Bremen, fue la primera mujer de la historia del fútbol en dirigir un partido de la primera división en categoría profesional en Europa.
En Francia, el país de Stéphanie Frappart, las mujeres árbitras son apenas un millar, un 4% del contingente total, según las cifras de la Federación Francesa de Fútbol (FFF).
El ascenso de Frappart supone de alguna forma la culminación de una campaña lanzada por la FFF en enero de 2019, con un plan de profesionalización de las árbitras de élite. En ese plan se contempla “acentuar los medios humanos y materiales a disposición de las árbitras femeninas, un refuerzo de su preparación y una evolución del dispositivo de indemnización, con el fin de asegurar las mejores condiciones de ejercicio del arbitraje”.