Entre las callejuelas del corazón del barrio islámico de la capital egipcia, una hilera de “fanus” (como se conoce en árabe a estos faroles) cuelgan en las tiendas mientras que Al Suni, de 62 años, atiende a los clientes que acuden para retocar este símbolo egipcio del mes sagrado.
Entre los últimos “fanus” que quedan por vender, asoman algunos con el rostro de Salah, convertido también en un ídolo para el país de los faraones después de marcar el gol que clasificó a la selección egipcia para el Mundial de Rusia 2018, tras 28 años de ausencia, y proclamarse como el mejor jugador de la Premier League con la camiseta del Liverpool.
“Gracias a Mohamed Salah la venta de esta temporada subió mucho”, confiesa el artesano, que ha heredado de sus antepasados esta labor y quien asegura que cada año intentan cambiar el diseño de los pequeños faroles milenarios.
“Este año pensamos en un farol que llevase la foto de Mohamed Salah porque es un joven que se esfuerza”, asegura Al Suni sentado en su pequeño taller y con las manos ennegrecidas.
“Mohamed Salah es un jugador egipcio que ha llegado al nivel internacional y nosotros amamos a cualquier joven egipcio que llega hasta ese nivel. Por eso, tenemos que hacer cualquier cosa para animar a la gente para que le quiera más de lo que ya le querían”, afirma.
Tal es el nivel de idolatría al joven africano, de 25 años, que “cuando hay un partido en el que Mohamed Salah juega, la gente deja de trabajar”, señala entre risas.
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Estos pequeños faroles comenzaron a colocarse para iluminar las calles de El Cairo cuando la ciudad era capital del califato fatimí, que reinó en el norte de África desde el año 909 al 1.171 d. C. y desde entonces los “fanus” se convirtieron en un símbolo del mes sagrado para los musulmanes, en el que tienen prohibido comer, beber y fumar, entre otras acciones, entre el alba y el ocaso.
Por su parte, el encargado de este taller, Magdy Fahmi Aboalagab, precisa, mientras numerosas personas pasean junto a la tienda señalando la cara de Salah, que el hecho de modificar estos faroles tradicionales ha provocado que la compra aumente significativamente respecto al año pasado, aunque no es capaz de aportar cifras.
Los propietarios de las tiendas han aprovechado este furor por el astro egipcio, que jugará contra el Real Madrid el próximo 26 de mayo en la final de la Champions, para colocar la figura del futbolista en cualquier producto listo para su venta.
Además, Salah es visto como un ídolo para muchos jóvenes después de conocer su historia de superación, pues nació en el humilde pueblo de Nigrig, a 135 kilómetros al norte de El Cairo, y paso a paso se ha transformado en una estrella y un halo de esperanza para los egipcios.
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A las afueras del barrio islámico, el vendedor egipcio Rabi Mahmud, de 52 años, subraya que los “faroles de Salah” se agotaron rápidamente. En su tienda solo queda uno.
La gente -arguye- “aprovecha el evento (Ramadán) para celebrarlo con la foto” del delantero del Liverpool y máximo goleador de la liga inglesa. “Cualquier cosa que lleve la foto de Salah se termina”, zanja Mahmud.
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