Los sueños y pensamientos que azotaron la mente de Wálter Alexánder cuando comenzó a arbitrar a los 16 años en los extintos campos del Irtra de la zona 12 se han ido cumpliendo a través de su trayectoria de 18 años.
Walter López, árbitro guatemalteco.
“Comencé como asistente y visor. En los campos del Irtra mi padre —su forjador— me mandó a las gradas para que aprendiera mejor. Era aburrido; observaba sentado hasta cinco partidos, pero fue productivo al final”, comenta lleno de nostalgia el también Bachiller Industrial.
Cinco torneos de la Federación Internacional de Futbol Asociación (Fifa), de ellos el Mundial de Brasil 2014 y la final del Mundial de Clubes de ese mismo año, más de trescientos partidos en la Liga Nacional, 18 clásicos y 12 finales, se conjugan para ser la mejor carta de presentación del fiel admirador del exsilbante guatemalteco Carlos Batres.
El italiano Pierluigi Colina fue un ícono, pero lo que hacía Carlos Batres era sensacional. Tenía una personalidad envidiable. Nunca fue explosivo”, señala el cuarto hijo, de nueve, del matrimonio entre Miguel López Castillo y María Guadalupe Castellanos.
Momento cumbre
El lunes 2 de mayo quedará tatuado en el corazón del profesional de 35 años. En esa fecha recibió la notificación oficial de Fifa de que su nombre figuraba en el listado de árbitros que estarán en Río 2016.
“Es una emoción inmesa la que genera dirigir en el evento deportivo más importante del mundo. Siempre pensé y confié en que podría desarrollarme a través del arbitraje”, comenta satisfecho López, en su segunda aventura en Brasil.
“Nunca llego a un torneo a participar, sino a competir; visualizándome ganar el derecho de arbitrar la final”, advierte el árbitro que ha tenido el placer de someter al orden al portugués Cristiano Ronaldo y al argentino Lionel Andrés Messi.