El nadador lamentó en el escrito que se haya convertido en el centro de atención “cuando muchos atletas están cumpliendo su sueño de participar en unos Juegos Olímpicos”, el evento deportivo más importante y que es seguido por millones de personas en todo el mundo.
El multimedallista olímpico precisó que si no había hablado hasta ahora era porque quería asegurarse de que sus tres compañeros nadadores implicados en el altercado de aquella noche fueran libres de poder abandonar Brasil.
señaló Lochte.
Lochte, Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen dijeron haber sido víctimas de un asalto a mano armada por parte de hombres vestidos de policías de Rio de Janeiro después de abandonar una fiesta en la Casa Francia.
La policía reveló posteriormente que, basándose en las imágenes de las cámaras de videovigilancia, en realidad participaron en un altercado con empleados de una gasolinera provocando actos de vandalismo.
“En teoría, (los nadadores) podrían terminar respondiendo por falsa comunicación de crimen y daño al patrimonio”, afirmó el jefe de la policía de Rio de Janeiro.
El Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC) admitió en una nota oficial que “el comportamiento de los atletas no es aceptable” y pidió disculpas a Brasil.
Una jueza brasileña ordenó el miércoles “la emisión de órdenes de búsqueda y aprehensión de los pasaportes de los nadadores estadounidenses” para impedirles salir del país.
Lochte, no obstante, ya había regresado a Estados Unidos.