La española desperdició 6 puntos de ventaja y perdió la primera manga (19-21) . En la segunda se recompuso (21-12) y volvieron sus distintivos gritos agudos al final de cada punto, que parecieron motivar las primeras reprimendas de la arbitro.
Javier Rivas, entrenador español
La juez le negó también varios cambios de volante, y Marín parecía estar en constantes riñas con ella, además de volverse con más frecuencia de la habitual hacia su entrenador.
En este contexto enrarecido, la india volvió a pisarle los talones a Marín en un tercer juego que había empezado con buen pie y parecía que podía repetirse la historia del primero, pero Marín logró poner tierra de por medio al final.
“Esto es como si un tío de las Maldivas le gana a Usain Bolt en los 100 metros”, había dicho a la prensa su entrenador, Javier Rivas, valorando lo que significaría el fin del monopolio asiático en la categoría individual femenina del bádminton.
La medalla de bronce fue para la japonesa Nozomi Okuhara, cuya rival, la china Li Xuerui, no pudo jugar por la lesión en la rodilla que sufrió al final de la semifinal con Marín.
La española sólo perdió un set en los cinco partidos de los Juegos Olímpicos, los séptimos que incluyen el bádminton.
Se trata de la sexta medalla de oro que consigue España en estos juegos, 11 en total.
Antes que Marín, la danesa Camilla Martin y la holandesa Mia Audina llegaron a la final, pero la perdieron.
En categoría masculina, el danés Poul-Erik Hoyer Larsen sí ganó el oro en Atlanta-1996.
Marín surgió por generación espontánea en un país donde este deporte es invisible, todo lo contrario que en Asia, y ha ganado ya dos títulos mundiales.
La Federación Española de Bádminton no fue creada hasta finales de los años 1980, y el primer campeonato nacional se disputó en esa década.
En su primera participación olímpica en Londres-2012, una Marín de apenas 19 años cayó en la fase de grupos.
Desde entonces, la jugadora de Huelva ganó dos campeonatos mundiales (2014 y 2015) y dos campeonatos europeos (2014 y 2016).