Agentes de las Fuerzas Armadas, de la policía y de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) estarán vestidos de paisano y se infiltrarán en el público para neutralizar comportamientos sospechosos.
En el Mundial de fútbol de 2014 la Abin desplegó a tres mil 520 agentes durante los 64 partidos de la competición y contribuyeron al arresto de cambistas y a la contención de peleas, entre otras tareas.
Jungmann destacó que gracias a la cooperación con las agencias de inteligencia de países como Estados Unidos y Francia, Brasil cuenta con “unos 500 mil registros de personas que podrían tener alguna relación con cualquier tipo de terrorismo” .
Este registros serán contrastados con cada persona al acceder a las instalaciones olímpicas, de igual manera que todos los asistentes tendrán que someterse a un escáner de sus pertenencias.
El ministro declaró que a partir del 24 de julio se accionarán todos los comandos destinados al plan de seguridad olímpica, que asumirán la defensa y seguridad de Río de Janeiro.
Jungmann garantizó que las autoridades “están preparadas” para velar por la tranquilidad de los Juegos Olímpicos.