A veces con la guardia cerrada, otras con buenos contraataques, López fue dueño del combate todo el tiempo, pegó buenos ganchos y aunque el rival no se dio por vencido, poco a poco lo controló.
Con dos asaltos abajo, el europeo salió a forzar las acciones y logró una ligera ventaja en el tercero en el que López se concentró en no correr riesgos y mantener asegurada la victoria.
“Fue un combate duro, pero todos lo fueron, siempre confié en la preparación y las cosas salieron bien”, dijo López, quien aportó a Cuba su quinta medalla de oro en los Juegos con la que la isla saltó al decimoséptimo lugar del medallero.
dijo el boxeador López.
Nada más bajar del cuadrilátero, Arlén se abrazó a su compañero Robeisy Ramírez, quien minutos antes ganó su segunda faja olímpica al vencer 2-1 (29-28, 29-28 y 28-29) al estadounidense Shakur Stevenson.
Luego de ganar el primer round y de perder el segundo, Ramírez propuso el combate en el primer asalto en el que entró varias veces con su golpe recto y sacó ventaja en los intercambios en la corta distancia.
Stevenson, que tiene el apellido del más grande púgil de la historia de Cuba (Teófilo Stevenson, triple monarca olímpico), reaccionó con vigor, se defendió bien y pegó buenos golpes de zurda en el segundo round en el que emparejó las acciones.
Al llegar a su esquina el entrenador Raúl Fernández le dijo que la pelea estaba enredada y le quedaban tres minutos para decidir y el cubano salió a jugarse la vida; le resultó difícil porque Shakur Stevenson estaba crecido y respondió cada golpe.
En los instantes finales el caribeño fue más agresivo y eso le dio una victoria por poco margen, luego de que dos jueces lo vieron ganar el asalto.
“Eran los momentos decisivos, en ese último minuto es cuando uno debe dar todo y las cosas salieron; el rival es una promesa del boxeo y fue difícil derrotarlo”, dijo.