“La competencia estuvo bien. Pero yo no quería el bronce, quería el oro, admitió Caballero, que se mostró más decepcionada que contenta por lo conseguido.
“Hacía mucho calor y no me dio tiempo a recuperarme bien del esfuerzo de ayer (de la ronda clasificatoria). Me sentí forzada y yo dependo mucho de la velocidad”, explicó.
Inusualmente, la final de lanzamiento de disco femenino tuvo lugar en la sesión matinal en Río, apenas unas horas después de la ronda clasificatoria, que se había disputado en la sesión nocturna del lunes.
En un concurso en el que hizo dos nulos en sus seis intentos, la campeona del mundo cubana logró la marca de 65.34 que le dio el bronce en el tercero de ellos, marcando en sus otros tres 61.80, 63.82 y 64.64.
“Es mi primera medalla olímpica, pero no la última. Estoy feliz, pero satisfecha no”, aseguró.
“Yo venía entrenando para llegar más lejos, venía bien y me sentía capaz. No lo conseguí y veremos cómo trabajar para lograrlo en próximas ocasiones”, dijo.