La atleta de 24 años reconoce que habría necesitado “mucho trabajo y suerte para ganar una medalla”. “Pero nuestros líderes, que habían concentrado toda su preparación en los Juego, tienen que estar muy cabreados”, señala.
Alude a la Zarina de la pértiga Yelena Isinbayeva, que aspiraba a ganar en Rio un tercer oro olímpico. “Gracias a todos por haber enterrado el atletismo”, reaccionó la primera Isinbayeva con su conocida forma de hablar franca y directa.
“Que todos esos deportistas extranjeros limpios suspiren de alivio y ganen en nuestra ausencia sus pseudo-medallas de oro”, escribió en una red social desde Suiza, a donde se desplazó para intentar convencer al TAS del recurso de Rusia.
El TAS considera que sólo pueden competir en Río aquellos atletas que cumplan el criterio de haber entrenado durante varios años en el extranjero bajo el control de agencias antidopaje de otros países, mientras el resto no son “aptos” al carecer de acreditación la federación a la que pertenecen.
La otra estrella del atletismo ruso, el campeón del mundo de 110 metros vallas Sergey Shubenkov, estaba en Joukovski donde sus 13 segundos 25 centésimas en la final le habrían otorgado el oro en los recientes campeonatos de Europa en Amsterdam.
“¡Qué vergüenza! Bravo, disfrutad del deporte limpio”, declaró con ironía en Instagram.
Campeona del mundo de salto de altura, Maria Kuchina estableció su récord personal en 2,01 m a finales de agosto, meses antes de que estallase el escándalo de “dopaje organizado” en Rusia.
“Nos preparábamos a pesar de la adversidad y las amenazas. Mi primera reacción fue: ¡No es posible! El mundo se ha vuelto loco”, declaró a la AFP la saltadora de 23 años, para la que también habrían sido sus primeros Juegos.
Reconocer errores
Los 68 atletas rusos, apoyados por el Comité Olímpico Ruso (ROC), habían reclamado participar en los Juegos de Río (5-21 agosto) luego de haber sido suspendidos por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).
Pero también se levantan voces discordantes entre la opinión generalizada. Es el caso del lanzador de martillo Sergey Litvinov, quien se mostró “aliviado” por la decisión del TAS, llamando a colaborar con las instancias internacionales para “mejorar la situación” del atletismo ruso.
“Debemos reconocer nuestros errores, y no sólo sobre el papel. Debemos cambiar nuestra mentalidad, nuestro comportamiento”, añadió.
“Reconozcamos nuestra culpabilidad y las reacciones del resto del mundo serán mejores. Y para comenzar debemos limpiar nuestra propia casa”, indicó aludiendo a las autoridades rusas.
El ministro ruso de Deportes, Vitali Mutko, señalado por su papel en el dopaje de Estado instaurado en Rusia y denunciado en el informe McLaren, denunció una sanción “política”.
“Es una decisión subjetiva, bastante politizada y sin fundamento jurídico”, declaró.
La portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zakharova, denunció por su parte “una puñalada no sólo para nosotros, sino para todo el deporte mundial”.
Hoy por hoy, sólo dos atletas rusos, la especialista en salto en largo Darya Klishina y la fondista Yulia Stepanova (800m) fueron rescatados por la IAAF.
Pero la amenaza de excluir a todos los deportistas rusos de los Juegos de Río no se ha desvanecido. El COI se pronunciará el domingo en torno a las revelaciones del informe McLaren, que ponen el punto de mira en 30 deportes partícipes del dopaje de Estado.
