Después de dos decepcionantes empates 0-0 contra Sudáfrica e Irak, la verdeamarela salió de la mira de los francotiradores con un 4-0 sobre Dinamarca, recuperando parte de la magia del jogo bonito y con un Neymar comenzando a parecerse al del Barcelona.
dijo Jorge Luis Pinto, entrenador de Honduras.
En cuartos, se quitó de encima a Colombia (2-0) con temperamento e inteligencia, y ahora aparece en su camino la valiente H, que envió a Argentina y Corea del Sur de regreso a casa, y busca tomarse revancha de la derrota 3-2 en cuartos en Londres 2012.
“Las cosas no salieron al principio de la forma como esperábamos. Hubo un momento de críticas pero el equipo las soportó y se fortaleció, y aprendió a lidiar con la presión de la medalla, especialmente la de oro”, dijo el técnico de Brasil, Rogério Micale.
Brasil persigue el oro olímpico con ansiedad porque las medallas de plata conseguidas en la capital inglesa, Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, así como los bronces de Atlanta 1996 y Pekín 2008, perdieron color y poco le importan a su exigente torcida.
“Haré todo lo posible para que Brasil pueda ganar esa medalla de oro que tanto hemos esperado”, se comprometió Neymar en la antesala de los Juegos Olímpicos y el astro ha cumplido con creces.
Pinto sabe cómo aguar la fiesta
Honduras, de la mano del colombiano Jorge Luis Pinto, el mismo entrenador que llevó a Costa Rica hasta los cuartos de final del Mundial 2014, aspira a aguarle la fiesta a los brasileños y tiene todo lo que se necesita para ese fin: una férrea defensa, potencia física y un contragolpe letal.
“Si le preguntan a algún brasileño si se le pasó por la cabeza que Brasil iba a perder 7-1 con Alemania o si alguno pensó que Uruguay iba a ganar en 1950, nadie pensaba eso. Las camisetas no asustan más”, señaló un desafiante Pinto y para quien “todo puede suceder en el futbol”.
“Es cierto que necesitamos controlar a Neymar, pero no vamos a cambiar nuestra estructura de juego. Vamos a atacar a Brasil”, advirtió el colombiano.
El ganador del choque luchará el sábado en el mismo escenario por la medalla de oro contra el vencedor del duelo Nigeria-Alemania.
Los nigerianos llegaron a las semifinales después de quitarse de encima a una fría Dinamarca en los cuartos y ganar el grupo B por encima Suecia, Japón y Colombia, con la que sin embargo perdió.
Las Águilas Verdes tienen a John Obi Mikel, del Chelsea, a su hombre más experimentado, una especie de Nwankwo Kanú, el extraordinario delantero que guió a ese país al oro en Atlanta 1996.
Las Sub-23 germana, por su parte, parece haber encontrado las huellas de la Mannschaft de Joachim Löw en Brasil al eliminar a Portugal con una goleada en cuartos, después de dos discretos empates con México y Corea del Sur en la fase inicial.