Valdizón Yalibat estuvo durante 25 días en ese país, junto con Jefferson Andersson Dubón, de Quetzaltenango, y Hugo Leonel Boror, de Villas del Quetzal, de la ciudad capital, en búsqueda de superar el período de prueba.
Los tres futbolistas fueron elegidos por los entrenadores Bora Milutinovic, Josep Colomer, Juanjo Rovira y Xavi Comas, en las pruebas que realizan en 16 países alrededor del mundo —en Latinoamérica, solamente Guatemala y Costa Rica.
Su historia
A su regreso a Guatemala, Brolin recibió una importante noticia: había pasado la prueba y obtenido la beca. En su vivienda, ubicada a un costado de la terminal de buses del barrio Cantón Las Casas, Brolin comentó emocionado que espera aprovechar la oportunidad en una nueva etapa de su vida.
El cobanero se inició en el futbol a los cinco años, en juegos departamentales en los municipios de Panzós y Carchá. Luego integró selecciones de Alta Verapaz y estuvo en la categoría especial del Cobán Imperial —Primera División—. Por último se unió a los Potros del Tecnológico y al proyecto Achik.
Los entrenadores Julio César Antúnez e Irwin Olivares, del Cobán Imperial, lo vieron desenvolverse en la cancha y le dijeron que tenía aptitudes y querían que se entrenara con el equipo, pero, por su edad, su padre y el propio Brolin no quisieron arriesgarse.
Decepción
Con tan solo 15 años, Brolin ha vivido momentos difíciles. Como todo futbolista su sueño es representar al país en una selección, anhelo truncado por la Asociación de Futbol de Alta Verapaz, entidad que no le dio el aval para integrarse a la Sub 15. Sin embargo, lo logró a través de Achik.
El reto significaba tener que recorrer constantemente los 219 kilómetros entre Cobán y la Ciudad de Guatemala, para integrarse a los entrenamientos, lo que perjudicaba sus estudios.
Sin querer abandonar la meta, Brolin le preguntó al entrenador Juan Manuel Funes qué podían hacer. “Recuerdo que él —Funes— me dio a escoger entre una selección y estudios, y la verdad lo vi muy mal; para mí es importante llevar las dos cosas, pero si es de elegir, sería los estudios, y eso decidí”, expresa el jugador que, a pesar de ese trago amargo, siempre esperará el llamado a una selección nacional.
Ahora su camino es otro. Deberá viajar a Senegal, al programa Aspire Football Dreams, que le servirá de vitrina ante cientos de equipos europeos que han buscado en ese proyecto a las futuras grandes estrellas.