Al mismo tiempo goza el momento que atraviesa como artillero, desde que llegó a Guatemala en el Apertura 2013, con el extinto Coatepeque.
Pero El Tin no siempre fue delantero, recuerda que su primer puesto dentro del campo fue de portero. “Creo así empezamos todos, aunque paulatinamente fui escalando hasta llegar a ser delantero. Recuerdo que apenas tenía siete años cuando eso pasó”, señaló Herrera.
Una década después, sus entrenadores descubrieron su talento en la ofensiva y así se empezó a gestar la historia del guerrero mexicano, quien debutó con el Santos Laguna de la Liga MX en el 2006 hasta llegar a Guatemala, luego de pasar por diversas dificultades, debido a una dura lesión a finales del 2009.
“Esos goles no son anotaciones que te salen porque dices que así lo quieres hacer. Esta vez, gracias a Dios salió, y como cualquiera otro, al final te vale lo mismo y fue así de importante como los demás”, manifestó.
Rentable
En la última jornada sumó su gol 77 en la liga guatemalteca, en 174 compromisos —64 con Antigua, 69 con los cremas y 41 con Coatepeque—, para un promedio de 0.44 anotaciones por juego, una cuota que hace que sea uno de los extranjeros más rendidores que militan en Guatemala.
El delantero de los Mochis Sinaloa respira paz en Antigua Guatemala, esa tranquilidad se manifiesta en su rendimiento dentro del campo con números —36 goles en 64 juegos para un promedio de 0.56 por compromiso—.
El miércoles, frente a Suchitepéquez, les regaló una jugada de ensueño a los coloniales, al conseguir de chilena el 1-1 en el estadio Pensativo. Este fue el segundo gol de esa forma en su carrera, el primero fue en el 2009, con el Santos Laguna A, en la liga de ascenso de México.
“Esos goles no son anotaciones que te salen porque dices que así lo quieres hacer. Esta vez, gracias a Dios salió, y como cualquiera otro, al final te vale lo mismo y fue así de importante como los demás”, manifestó.
