El jugador albo no olvidará ese 12 de febrero cuando su equipo Comunicaciones recibía en el estadio Doroteo Guamuch Flores a Antigua GFC. Con lágrimas en su rostro, el pelón abandonó el terreno de juego, recostado sobre el hombro del fisioterapeuta tico Javier Salazar.
Robles ha sabido sobreponerse a varias lesiones, primero sufrió un accidente en motocicleta, después la perforación en el intestino en un encuentro en el Mario Camposeco, en Quetzaltenango, y finalmente la lesión en ligamento cruzado anterior, esta última le causó temor, que hasta pensó que no volvería jugar nuevamente.
Complicación
“Han pasado muchas cosas difíciles por mi mente, después de la operación pensé que ya no iba a poder jugar futbol, pero mi familia me ayudó mucho me han apoyado en todo y gracias a Dios ya me siento mejor”, expresa emocionado Stheven Robles.
Han pasado 75 días desde que el pelón salió del quirófano, pero el proceso posoperatorio comenzó de una manera incierta, ya que fue el inicio de la pandemia del nuevo coronavirus en el país.
En esos momentos Robles sintió preocupación, porque el gobierno de Guatemala implementó el Estado de Calamidad por el covid-19, y no se sabía si podría recibir las terapias.
El apoyo de su esposa Linda Arriola y su mamá Sandra Ruíz fue fundamental, así como el de su pequeña hija Briana, para salir adelante.
“Por un momento me asusté, porque hablaba con Javier y no sabíamos qué hacer, no había dónde entrenar o hacer terapia, pero me mandó unas terapias y mi esposa me ayudaba, me sacaba las lágrimas, pero todo ha ayudado bastante”, comenta Robles.
Ya cuando las medidas fueron disminuyendo pudo tener la asesoría del fisioterapeuta y comenzaron las terapias más completas y la aplicación de ultrasonidos, así como otros métodos de recuperación.
“Dividimos la recuperación en tres etapas, la primera es la clínica, donde aplicamos los aparatos como magneto, láser y ultrasonido. Después trabajamos en cancha, donde realizamos ejercicios funcionales, trabajando el core —zona media—, estabilidad y, de último, pasamos al gimnasio a hacer la musculación”, dice Salazar.
La evolución que ha tenido el jugador nacional ha sido importante, en la semana 11 de 24 que tienen proyectadas, volvió a realizar trabajos con balón, algo que emocionó mucho a Robles.
“La primera vez que toqué la pelota nuevamente me sentí muy emocionado. No me la creía, hasta me preguntaba si era cierto porque todo ha sido muy rápido. Cada día me siento mejor, me canso menos y me duele menos la rodilla. No tengo dolor ni inflamación, primero Dios que esté mejor y quede bien. Lo más difícil ya paso y ahora tengo que recuperarme para regresar de la mejor manera”, dice al mostrar su alegría.
Seguimiento
“Yo manejo tres protocolos, uno del Barcelona, otro de la Universidad Americana de Costa Rica, y otro estándar que usábamos en el equipo que estaba antes de venir a Guatemala. Unifico esos tres protocolos y en base a eso voy sacando mi semana y Robles va muy avanzado”, indicó Salazar.
El pelón sigue con el proceso de recuperación, cada dos días realiza jornadas de tres horas de trabajo para volver a disputar un partido de futbol, que es de las cosas después de su familia que más disfruta.
“Me tengo que cuidar muy bien, mi familia me está respaldando, el fisioterapeuta me ayuda bastante y espero estar antes de los 6 meses que programaron en mi recuperación. He pasado por momentos difíciles y duros, pero los he sabido llevar, con la ayuda de Dios y de mi familia aquí no nos vamos a quedar y vamos a seguir adelante que este es nuestro sueño”, finalizó Stheven Robles.