Contreras, Márquez y Pappa compartieron en cartas abiertas su sentir por la suspensión al futbol guatemalteco, así como el significado que ha representado vestir la camisola de la bicolor y la frustración que ha sido no volver a usarla.
La Fifa advirtió el miércoles anterior en una carta dirigida a la Fedefut y a la CDAG que tienen hasta el 30 de abril para que entren en vigor los estatutos avalados por la Asamblea del Futbol el 25 de julio del 2017.
Contreras: Hoy lloro no de alegría, sino de tristeza
El camino en el túnel que lleva a la gramilla parece interminable. Los gritos y aplausos se escuchan en los graderíos. Mi palpitación se acelera; llegó el día para debutar con la Selección Nacional, cumplí un sueño, ese que desde niño tuve y que me hacía llorar de alegría.
Lee además: Futbolistas lamentan la situación del futbol con la Fifa
Vestir la camisola de la Sele es lo más maravilloso, es un sentimiento que solo los que amamos el futbol y al país lo comprendemos. Hoy lloro, ya no de alegría, sino de tristeza, cólera y frustración. Esas derrotas que vivimos como seleccionados no se comparan, esas fueron lecciones;esto es una pesadilla.
¿Por qué juegan con los sueños de los niños?. ¿Por qué les hace creer que van jugar?.
Ese túnel que me llevó muchas veces al campo ahora se convirtió en un camino sin fin, porque no hay soluciones. Los que manejan el futbol se echan la culpa unos otros y se olvidaron de lo más preciado, de la materia prima, de nosotros los futbolistas.
Así como yo, muchos otros lograron ser legionarios gracias a la Selección porque era la vitrina perfecta, porque llamamos la atención, porque logramos mostrar nuestras cualidades. Si antes no venían a la Liga a ver a nadie, ahora menos.
¿Por qué juegan con los sueños de los niños?, ¿Por qué les hacen creer a los patojos que van a jugar? Ahora nadie hace nada y la ilusión que uno tiene de jugar internacionalmente se convierte en frustración.
Recuerdo muy bien ese último partido de la Selección. Esa noche lluviosa hubo muchos sentimientos en mi corazón, se iba Carlos (Ruiz), era el retiro del máximo referente y estábamos fuera de Rusia, pero siempre estaba esa ilusión de volver a vestir la camisola. Hoy no, esas memorias son muy fuertes porque no volver a defender a la Sele es un dolor indescriptible. Es una impotencia que nos están quitando los dirigentes.
Lee también: Aficionados convocan a manifestar para salvar el futbol nacional
Hoy sufrimos los futbolistas, los que corremos cada jornada, los que nos entregamos en cada partido, los que soñamos con volver a jugar internacionalmente, los que deseamos que esta pesadilla termine, porque también queremos estar en la Concacaf como campeones. Ahora ya no tenemos oportunidades, porque se olvidaron de nosotros, porque somos nosotros los jugadores los que lloramos por este deporte que están destruyendo por intereses personales y que hacen que ese túnel que nos llevaba a la gloria ahora nos tiene en el infierno.
Márquez: Nos robaron los sueños
Soy un niño que sueña con ver jugar a la Selección. El estadio está lleno y escucho el himno nacional. Cierro los ojos y ese sueño se cumplió, tengo la piel erizada. Porto la camisola. El público canta el himno, es una sensación increíble, todo lo que había soñado ahora es una realidad, una bendición. Ni todo el dinero del mundo podría comprar lo que yo he sentido. Me duele tanto que otros niños como mis hijos no puedan sentir eso. Es un sentimiento puro que nos quitaron.
Ese último partido nunca lo olvidaré. Sabíamos que teníamos que meter 12 goles y darle todos los balones al Pescado Ruiz, y lo hicimos.
Si viví con las menores algo increíble, no me imaginaba lo que sentiría con la mayor. Ramón Maradiaga me dio esa oportunidad. Mi debut fue en el Doroteo Guamuch y estuve al lado de grandes futbolistas que de pequeño admiré como Guillermo Ramírez, Carlos Ruiz y Fredy García. Compartir con ellos fue un privilegio.
Lee además: Jorge Mario Véliz asegura que la Fifa solo busca lucrar
En la Selección he pasado momentos malos, dolorosos y los mejores de mi carrera. Para el Mundial de Rusia 2018 viví mi mejor experiencia. Aprendí mucho de Wálter Claverí, ha sido cuando mejor he jugado. Era Jean porque estaba completo.
Ese último partido nunca lo olvidaré. Sabíamos que teníamos que meter 12 goles y darle todos los balones al Pescado Ruiz, y lo hicimos. Él se despidió como el goleador en eliminatorias y yo marqué el último tanto. En el camerino no lo soporté más.
Estábamos fuera, se apagó la luz para ese niño que soñó con todo y que ahora le quitaron la ilusión por la lucha de intereses de los dirigentes. Los pequeños que, como yo lo hice un día, desean vestir la camisola no lo podrán hacer porque nos están robando los sueños.
Pappa: Nos quitaron los pies
Fue hace 10 años. Vivía en Chicago y la vida era distinta. Apenas tenía 20 años y me convocaron a la selección mayor. Ya había tenido la oportunidad de estar en otros procesos menores, pero este llamado era diferente. Fue fantástico, era de esos momentos que uno sueña: debutar y en una clasificatoria mundialista. Es inolvidable.
Recuerdo cada uno de los partidos que jugué con la Sele. Es un sentimiento inexplicable, esos que solo lo entienden los que se paran en un campo y escuchan el himno nacional. Hoy todo es un recuerdo, ahora tengo sentimientos de tristeza y frustración. Nuestro futbol está más golpeado. Todos crecen y nosotros vamos para atrás.
Gracias a la Selección salí a jugar al extranjero. Fue en un preolímpico de la Sub 23 que me observaron en Estados Unidos y firmé con la MLS —Chicago Fire—. Las nuevas generaciones ni siquiera lo pueden experimentar, se les niega esa oportunidad.
Estoy cerca de cumplir dos años sin jugar un partido internacional. Es frustrante. No sé si volveré a vestir la camisola.
Tuve la dicha de estar en tres eliminatorias —Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018—, varias Uncaf y Copas Oro. Ahora es tan frustrante solo recordar. Lo más triste es que pareciera que no hay una salida.
El futbol me ha regalado cosas lindas, pero la Sele es maravillosa. Hoy nadie hace nada para salvarlo; al contrario, cada día se nos cierran más puertas.
Estoy cerca de cumplir dos años sin jugar un partido internacional. Es frustrante. No sé si volveré a vestir la camisola. Hay otros que nunca tendrán la oportunidad. Me invade la nostalgia porque todos extrañamos a la Sele, esa que nos hacía entregarnos por completo y ahora nos quitaron los pies para poder defenderla.
Contenido relacionado:
> Demanda de camisolas de la Selección Nacional disminuye por el castigo de la Fifa
> El futbol guatemalteco sigue jugando contra el tiempo
> Gerardo Paiz es nombrado presidente honorario de la Fedefut