Arrastre de deudas hacia jugadores, técnicos y proveedores; poco apoyo de la iniciativa privada y de las propias municipalidades —dueñas de la mayoría de las fichas—, así como escasas fuentes de financiamiento, son algunas de las dificultades por las que atraviesan los clubes.
Marquense, uno de los representativos más afectados desde los últimos tres años, no ha tenido otra que recurrir a la beneficencia para captar recursos y sobrevivir en medio de la crisis.
Rifas, campañas en redes sociales y aportes de personas individuales que residen fuera del país son de las medidas adoptadas por la nueva junta directiva de los occidentales, encabezada desde la semana pasada por Juan José¨Pérez López.
Q2 millones 200 mil es la deuda que acarrean los leones, que en el campeonato pasado tuvieron que sufrir para cancelar los laudos de Ábner Úbeda, Milton Hernández y Sergio Azurdia, para evitar el descuento de puntos.
En el siguiente mes, según sentencias de la Federación Nacional de Futbol (Fedefut), deberá cancelarle a Luis Ricardo Rodríguez Q58 mil y a Jonathan López, Q66 mil 400, para no comenzar con el pie izquierdo el campeonato.
“La deuda que le tenemos a Luis Rodríguez la vamos a cubrir con los ingresos que obtuvimos por los derechos de formación que le cobramos a Cobán Imperial por el traspaso de Ángel Cabrera”, agregó el presidente de Marquense, Juan Pérez.
“Le hemos girado varias cartas a empresas para que sean nuestros patrocinadores, pero no hemos tenido buena respuesta”, añadió López, quien dijo que se puso como plazo cuatro meses para sanear las finanzas de su equipo —Q400 mil es su presupuesto mensual—, de lo contrario lo devolverá a la Municipalidad de San Marcos.
Problema masivo
El sábado último los jugadores coloniales se negaron a someterse a sus primeras evaluaciones, debido a que alegaban el impago de dos meses de salario y el premio de campeón del Apertura 2016.
Suchitepéquez, que en la última jornada del Clausura 2017 se salvó del descenso y clasificó a la fiesta grande, mantiene también una deuda de dos meses con su plantel de futbolistas.
Sanarate, uno de los dos nuevos huéspedes de la Liga Nacional, peleó por su ascenso con un laudo pendiente —Herbert Alférez—.
La implementación del estatuto del jugador por parte de la Fedefut y la profesionalización de la cúpula dirigencial en las distintas ligas detendría en alguna medida el incumplimiento en los futbolistas.
Presiones
Algunos de los problemas más comunes, según la AFG
- Terminó la temporada y muchos clubes no están solventes. Deben de ocho hasta diez cuotas. El último pago que recibieron en promedio fue en abril. El próximo será en agosto.
- Al futbolista que se va no le pagan y lo presionan para que acepte menos.
- Al que desee quedarse le negocian la deuda antigua como medida de presión para que firme otra vez.
- Los jugadores iniciarán el trabajo físico del 10 al 20 de junio, sin contratos firmados.
- Los clubes insolventes pueden inscribirse sin ningún inconveniente, lo cual permite e incentiva deliberadamente el incumplimiento, ya que no existe ninguna sanción para que cumplan.
Daños colaterales
“Las familias son las que más sufren por las deudas de los equipos porque dependen de uno. Es nuestra responsabilidad pagar el colegio y los servicios básicos del hogar. A veces también las deudas le afectan a uno dentro del terreno de juego. Hay que ser de mente fuerte. Duele a veces que tu hijo quiera ir al circo o al cine y decirle que no se puede porque no hay plata”, expresó Luis Rodríguez, futbolista guatemalteco quien le ganó una demanda a Marquense.