Llegó a Guastatoya en el 2016, luego jugó con Municipal en el Clausura de ese mismo año, club con el que se coronó.
Después del campeonato logrado con los rojos retornó un tiempo a su natal Argentina. En el inicio del Clausura 2018 fue cobijado por Siquinalá, un equipo en el que se ha ganado el cariño de la afición.
Adaptado al calor
La tranquilidad de Siquinalá hacen que el calor sea menos tedioso en el municipio escuintleco y ha ayudado a Chicho a que la adaptación sea más factible.
“Mi vida acá es normal. Entrenamos un poco más temprano de lo acostumbrado. Como a las ocho horas debido al calor. Luego de desayunar me traslado en auto al estadio. Vuelvo a casa, almuerzo, duermo una siesta, me despierto y más tarde me voy al gimnasio de Santa Lucía —Cotzumalguapa—. Eso es más o menos lo que hago en un día normal”, indicó Mingorance.
Lea además: Siquinalá gana el duelo directo por el descenso a Suchi
El argentino dijo estar agradecido por el apoyo que le han brindado sus compañeros y la directiva del plantel naranjero.
“Me han recibido muy bien y me han dado confianza. Es lo que uno busca cuando es nuevo en un equipo. Otro de los factores que me hacen sentir cómodo es que hasta me han designado capitán. Es una gran responsabilidad”, refirió.
Mingorance dijo que espera recompensar el cariño que le ha brindado la afición y todo el plantel a través de su esfuerzo y jugando bien en cada partido. Pasará la Semana Santa en casa y el Domingo de Resurrección disfrutará un almuerzo al lado de su familia.
Contenido relacionado
> La aventura de Mingorance en la Bombonera