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Messi desató delirio en la capital

Intenso. Así fue el primer día de Lionel Messi y la selección argentina en Guatemala, ya que luego de haber especulado durante largas horas si el astro del futbol mundial se dejaría ver, la espera llegó a su fin cerca de las 18 horas, cuando el bus con la delegación albiceleste salió del hotel Vista Real hacia el estadio Mateo Flores.

Messi hace tiros libres en la gramilla del Mateo Flores. (Foto Prensa Libre: cortesía AFA)

Messi hace tiros libres en la gramilla del Mateo Flores. (Foto Prensa Libre: cortesía AFA)

Intenso. Así fue el primer día de Lionel Messi y la selección argentina en Guatemala, ya que luego de haber especulado durante largas horas si el astro del futbol mundial se dejaría ver, la espera llegó a su fin cerca de las 18 horas, cuando el bus con la delegación albiceleste salió del hotel Vista Real hacia el estadio Mateo Flores.

Ese fue el momento cumbre para decenas de aficionados y la prensa nacional e internacional, que vibraron al ver por la ventana del bus al mejor jugador del mundo.

Desde las 8 horas, el hotel, ubicado en la carretera a El Salvador, parecía una fortaleza. Infranqueable para los medios de comunicación, para aficionados que se acercaron, incluso para los huéspedes y dueños de los departamentos que se ubican en el complejo.

“¿Será que puedo entrar a mi casa?”, era lo que algunos vecinos del lugar les decían a los miembros de seguridad del Vista Real que tenían en sus manos listas detalladas de las personas que tenían acceso al lugar.

Rumores y más rumores

Calor, frío y lluvia acompañaron las innumerables horas que fueron ayer parte del primer día del astro argentino y su equipo en Guatemala.

La atención era máxima en la puerta del hotel para ver si algún integrante del equipo sudamericano salía al parqueo. Al filo del mediodía se manejaban versiones distintas acerca de que si los argentinos saldrían a algún lugar o se entrenarían.

El panorama se agitó a las 15 horas, cuando Pablo Guiñazú, Wálter Montillo, Hugo Campagnaro y Federico Fernández, acompañados por el director de selecciones nacionales de Argentina, Carlos Salvador Bilardo, realizaron una visita relámpago al centro comercial Miraflores, en la zona 11 capitalina.

A su regreso al hotel, y ya con más aficionados, sobre todo niños con camisolas del Barcelona, se empezó a especular que Argentina efectuaría un entrenamiento en el estadio Mateo Flores.

La desesperación y la tristeza se convirtieron en una luz de esperanza para quienes esperaban ver al ídolo Messi. Argentina sí iba a entrenar.

El fuerte despliegue de policías nacionales, oficiales de Emetra y gente de la organización se empezó a observar en el hotel, y con ello la esperanza de ver al mejor jugador del mundo.

momento cumbre

Después de vivir más de una hora de incertidumbre acerca de dónde saldría el bus con el equipo argentino, por fin la delegación salió por la puerta principal del hotel hacia el Mateo Flores.

El trayecto fue digno de una escena de acción de alguna película de Hollywood. Hubo de todo en la caravana integrada por el bus y unos 10 autopatrullas, motociclistas de Tránsito y carros oficiales, que fueron acompañados por vehículos de la Prensa.

La persecución tuvo un saldo negativo, ya que a inmediaciones del bulevar de Vista Hermosa fue atropellado un motorista que se vio acorralado por la caravana.

En ese momento, la larga fila de vehículos se dividió y solamente algunos escoltaron el bus, el cual a su llegada al Mateo Flores de inmediato tuvo acceso al parqueo, seguido por algunos oficiales de seguridad y la unidad de Prensa Libre, medio que fue el único en tener acceso a los jugadores y captar imágenes en el momento que bajaron e ingresaron en el coloso de la zona 5.

La guinda del pastel de este intenso día la puso una dama guatemalteca que hizo gala de su buen manejo con su automóvil Honda Acura y que luego de haber acompañado a la caravana logró ingresar hasta la puerta del estadio y al momento en que Lionel ingresó en el estadio le gritó desde la puerta: “Messi, te amo”.

El astro se limitó a escuchar el grito que se hizo más fuerte gracias al eco que imperaba en el lugar. Ella logró su objetivo y sonriente se montó en su auto y se retiró del recinto deportivo.

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