En cambio, la legión de mexicanos se extendió hasta 14 elementos. Sanarate —4—, Siquinalá —2— y Suchitepéquez —2— son los equipos que han volcado su confianza hacia ellos.
Solo cuatro equipos de los 12 de la Liga Nacional no tienen representante mexicano —Petapa, Guastatoya, Comunicaciones y Cobán Imperial—.
Charrúas y gauchos habían sido los claros dominadores del mercado de piernas extranjeras del máximo circuito futbolístico.
Para el Apertura 2016, en el que Antigua GFC se proclamó campeón, 11 futbolistas provenían de Argentina y otros 10 de Uruguay. De Colombia y de México, que comenzaba a marcar la tendencia, llegaron nueve jugadores.
En el Clausura 2017, la garra uruguaya instaló a 15 futbolistas en la Liga Nacional. Hubo también 10 hondureños y nueve argentinos. Desde México aterrizaron siete elementos.
Justificación
Ahorrar recursos y garantizar la inversión efectuada son algunos de los factores por los cuales los máximos clubes de Guatemala se han fijado en los jugadores aztecas.
“La contratación de mexicanos le sale más barata a los equipos por la cercanía. Por ejemplo, los pasajes aéreos son más cómodos en comparación con los de Argentina y Uruguay. Además no cobran tanto y es más fácil que se adapten al futbol guatemalteco, algo que no es nada fácil. Hay varios jugadores de categoría que han fracasado en su intento”, explicó el exentrenador argentino Horacio Cordero.
“Ahora también en las ligas uruguayas y en las argentinas pagan más. La ambición por salir ya no es tan alta. Los jugadores que han estado acá han provenido de competencias regionales; eso no quiere decir que no tengan calidad”, agregó el ahora comentarista deportivo.
De la invasión azteca en el balompié nacional, Cordero indicó que el fenómeno también se da porque en el futbol mexicano predominan los extranjeros. La falta de oportunidades es evidente.
“Tienen muchos extranjeros en su liga y por eso carecen de oportunidades. Es más complicado que encuentren un lugar donde jugar. Lo contrario sucede en Argentina y en Uruguay”, agregó.