En su país jugó en el CD Real Cartagena. Sin embargo, su recorrido futbolístico lo hizo en suelo guatemalteco. La última camisola que vistió fue la de la Universidad de San Carlos, según el sitio especializado transfermarkt.
Pero antes del cuadro estudioso había militado en el Deportivo Iztapa, Mictlán, Juventud Retalteca, donde vivió buenos e importantes momentos, Xinabajul, Xelajú MC y del Deportivo Malacateco, equipo con el cual también estuvo vinculado por largos períodos.
Y fue justo en aquel municipio, en aquel departamento, donde el 30 de noviembre de 2019, le cambió la vida para siempre.
El exvolante de contención sufrió un accidente en el kilómetro 246 de la ruta CA-2 Occidente, en jurisdicción de Pajapita, San Marcos, cuando conducía su motocicleta.
El piloto de un picop lo embistió. Betancur, según amigos, ya retirado del futbol profesional, jugaba algunos partidos de ligas amateur porque “le gustaba jugar, era su vida el futbol en realidad”.
Los vídeos del incidente fueron impactantes y mostraban al jugador dando gritos de dolor y de auxilio.
Finalmente los socorristas llegaron y lo llevaron a un hospital, pero tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Le amputaron la pierna izquierda. La mayor parte de equipos guatemaltecos, y jugadores, y amigos, se solidarizaron e hicieron colectas para poder apoyarlo económicamente.
Sin embargo, los días posteriores no fueron los mismos, sin duda, para Betancur, que en aquel entonces tenía 41 años y recién se había retirado del futbol profesional.
El 26 de enero de 2022 es la fecha en la que inicia un nuevo reto en la vida del mediocampista colombiano. Asegura que estar alejado del futbol ha sido lo más duro que le ha tocado vivir.
Y fue el Deportivo Suchitepéquez, su primer equipo en Guatemala, el que le abrió las puertas para regresar a lo que más le gusta y saber hacer: el futbol.
El jugador cafetero será parte del cuerpo técnico de Pablo Melgar. Su esperanza no solo es volver a estar en la gramilla, la que extraña, sino regresar a los venados a la Liga Nacional.
Mazatenango, Suchitepéquez, es la ciudad de Betancur. Es donde decidió quedarse. De hecho, las amistades que hizo lo llevaron a jugar futbol amateur en donde ocurrió el accidente.
Entre el retiro y estos partidos, había optado por abrir un gimnasio de crossfit y luego del percance le sirvió no solo para seguir activo deportivamente, sino en su recuperación por la amputación de la pierna.
Beta, como le dicen cariñosamente, está agradecido con el equipo venado porque le dio la oportunidad de jugar en la Liga Nacional, donde tuvo muchas alegrías vistiendo la camisola del equipo venado, y ahora como parte del equipo técnico.
Lo más difícil hasta ahora, dice, ha sido abandonar el fútbol, que es el deporte que lo apasiona. Intenta volver a hacer su vida, eso sí, y poco a poco se adapta a una prótesis.
“Saldré adelante”, asegura, y le motiva estar otra vez en el ruedo futbolístico. “La afición puede esperar entrega y compromiso de mi parte, ya que le tengo mucho aprecio a la institución que me abrió las puertas”, puntualizó Betancur.