El guardameta nacional está lleno de ilusión ante esta nueva oportunidad en su carrera y se despide de la Liga Nacional, no con las mejores sensaciones, sino con pesar porque tras su regreso de Colombia no vio ningún avance en el balompié local.
El seleccionado de 36 años se despide también de Municipal, club con el que está agradecido, y lamenta los ataques personales que sufrió de parte de la afición.
Comienza el 2023 con cambios fuertes: se va de Municipal y Guatemala para el Chattanooga SC —Estados Unidos—. ¿Cómo lo está manejando?
Estoy bastante tranquilo. No es algo nuevo para mí ni para mi familia. Ellos saben que somos nómadas. Estamos un tiempo en un lado y luego en otro.
Se presentó esta oportunidad única para mí y mi familia, y hay que aprovecharla. Quiero ir a hacer bien las cosas y quién quita poder hacer una vida por allá. Eso sería algo muy lindo.
¿Usted estaba buscando esta oportunidad fuera de Guatemala o le llegó por sorpresa?
Sí. La verdad, estaba buscando la oportunidad de volver a jugar afuera. Yo entiendo también el tema de la edad. Ya no soy un muchacho —tiene 36 años—. Entiendo que ya son los últimos años de mi vida futbolística. Entonces quería todavía tener la oportunidad de jugar en el extranjero.
Cuando volvió de Colombia a la Liga Nacional, ¿cuáles fueron las principales cosas con las que chocó, que no le gustaron?
Muchas… La verdad, fue difícil. A la gente le molesta a veces que uno lo diga, pero hay que hacerlo, porque si no lo decimos somos parte de esa mediocridad.
Me pareció muy triste que yo me fui en el 2012 y regresé a mediados del 2021 y la infraestructura está igual o peor. Mientras en otros países están haciendo cosas para mejorar, nosotros no estamos haciendo nada; al contrario, seguimos destruyendo. No respetamos los procesos de los técnicos.
No hay una construcción de un escenario para jugar un partido de futbol de primer nivel. Como dijo el entrenador de República Dominicana, que en el Doroteo Guamuch Flores las ovejas entran a comer hierbas. Y tiene razón.
Uno ve otros países que no tienen esa tradición futbolera como Guatemala y están haciendo cosas para crecer, y nosotros seguimos estancados con lo mismo, usando frases mediocres como que “el perico donde quiera esverde” para ir a esas canchas, porque ni siquiera son estadios. Recuerdo cuando John Méndez se quebró y no había ni una ambulancia. No hay condiciones mínimas para desarrollar un futbol profesional.
No vamos a lograr clasificar a un mundial si no empezamos a cambiar las cosas desde la raíz. Uno como jugador siempre va a seguir esforzándose. Ahora toca que las autoridades hagan lo que les corresponde y pongan de su parte para que juntos comencemos a generar un cambio.
¿Cómo ve las posibilidades de Guatemala para el Mundial 2026 —en Estados Unidos, Canadá y México—?
Tenemos la mayor oportunidad que se nos ha dado en la historia. Los tres grandes ya están clasificados. Va a estar muy parejo, pero creo que nosotros estamos un poco mejor.
Es el momento de empezar los cambios de infraestructura y formación de futbolistas, y jugar en horarios lógicos y no a mediodía en el puerto, a 40 grados, cuando sabemos que el cuerpo no responde igual. Generemos esos cambios. Eso ya es de la prehistoria, dejemos el futbol mediocre. Hace 50 años se sacaba ventaja de jugar en casa y se aprovechaban del clima. Si voy a ganar es porque mi equipo es mejor.
Tenemos muy buenos jugadores y un gran cuerpo técnico.
Este es un tema incómodo pero real. ¿Cómo lleva su mala relación con la afición de Municipal?
Se siente el rechazo, pero ahora es más fácil. Cuando yo hablo con gente que sabe de futbol, que lo estudia y que vive de eso, me doy cuenta de que es algo muy personal.
No quiero ser irrespetuoso, pero es un ataque hasta un poco tonto. Porque si nos vamos a ver el rendimiento… Yo he sido el arquero más regular en el último año y medio. Y no me gusta hablar de mí, pero haciendo un análisis de lo que me tocó vivir, fueron grandes temporadas a nivel personal y grupal. El último semestre no fue el mejor, pero no solo juega Ricardo Jerez.
He tenido errores, pero no se vale. Todos los arqueros cometen errores, es parte del futbol. Si no hay errores, no hay goles. Entonces empecé a manejarlo a mi manera y a entender que el ataque es sin fundamentos. Es un ataque personal y no es objetivo. También entiendo que muchos solo comentan porque es una moda y yo sé que eso genera.
A mí lo que más me duele de que me ataquen es que mis hijos se den cuenta, porque soy su padre y ellos me ven como un ejemplo a seguir, y no tienen por qué escuchar esa cantidad de insultos y bajezas que la gente dice. Muchos solo pagan su entrada para llegar a insultar.
En algún momento mis hijos le preguntaron a mi esposa por qué la gente decía todas esas malas palabras, porque en Colombia, que es un país más futbolero, la gente va al estadio a apoyar.
Yo tengo un psicólogo con el cual hablo y le comento todo, y él me ayuda a mantenerme fuerte para que todo ese ataque tonto no me afecte.