En una charla para Prensa Libre, Ruano, nos comparte sus vistas de cara al juego trascendental para el equipo femenino, ante Jamaica, este domingo 3, en el que se jugarán el pase a la primera Copa Oro W de la historia. Además, nos platicó sobre cómo comenzó su amor por el balón, cómo se dio su llegada a la Bicolor, entre otras cosas.
Esto porque la historia de Michelle, es la historia de una mujer incansable que nunca renunció a ver su deseo realizado. Alguien que, sin importar los impedimentos, salió avante y eventualmente llegó a buen puerto, refrendando aquel dicho que reza, el que persevera, alcanza.
Hija de padre, chapín y madre española, “Meesh”, como la llaman sus amigos, comenzó a enamorarse de la pelota desde que era una niña de 6 años creciendo en la ciudad de Fresno, California. Cuando, junto a su gemela, se dedicaban a patear el balón “por horas”.
“He estado jugado fútbol desde que tenía cerca de 6 años. Mi gemela y yo siempre hemos sido apasionadas por ello y nos pasábamos horas pateando el balón cuando éramos jóvenes. Aún hoy, cuando la visito, nos pasamos la mañana juntas con la pelota”, contó en un tono afable y cordial, como cuando alguien te cuenta la historia de su primer amor.
En medio de cuatro varones, 3 mayores y uno menor, Michelle y Jennifer, heredaron la pasión de su padre, Óscar, quien es oriundo de la Ciudad de Guatemala y además es aficionado de Municipal.
Algo que la número 4 de la Azul y Blanco, descubrió hasta que empezó a entrenar con los rojos y posteriormente, Karla Alemán, la entrenadora nacional, la observó y decidió invitarla a ser parte del equipo que peleará la clasificación en un par de días en el suelo del estadio Doroteo Guamuch Flores.
“Mi padre no tuvo influencia en mi gusto por el juego. Nunca supe que fuera rojo hasta que le mostré una foto entrenando con Municipal. Él me contó hasta que me vio con la playera roja puesta”, rememoró de una manera bastante amable y risueña.
“Mi primera experiencia con la Fedefut fue luego de una pelea entre CSD Municipal y la Selección. Municipal me dejó entrenar una semana con ellas, como preparación para poder jugar con el equipo nacional. Luego de eso, Karla se me acercó y me invitó al microciclo. No podía creerlo, por fin, todo el trabajo duro rindió frutos. Me sentí agradecida de poder asistir al campamento y poder jugar los amistosos ante Honduras”, prosiguió con emoción.
Es interesante porque luego de enfrentar a la “H” en agosto pasado, resultando, primero, en una victoria de las chapinas y luego en una derrota, ambas, en el Centro de Alto Rendimiento en Siguatepeque, Meesh, ya no soltó la titularidad.
Debutó de manera oficial en septiembre ante Panamá, en la derrota 0-3 en el Pensativo de Antigua, Guatemala, el 20 de septiembre. Y cuatro días más tarde, también tomó parte los 90 minutos en la victoria 2-3 ante las canaleras en el estadio Universitario.
Del mismo modo, fue titular y completó el partido en el empate 2-2 de Kingston, en donde por primera vez portó el número 4 en su dorsal. En los anteriores duelos se había vestido con el 3. Este es un dato personal, pero igual de importante, pues según sus propias palabras fue la primera vez que se identificó como individuo, diferenciándose de su gemela.
“Uso el número 4 porque fue mi primer número luego de mudarme al sur de California para ir a la Universidad. Esa fue la primera vez en mi vida que me identifiqué sin mi gemela y ha sido el número que he usado en mi camino hacia el profesionalismo. Ha estado conmigo en los altos y bajos”, remarcó.
Hasta aquí, ha sido un camino largo, pero de ninguna manera intrascendente, pues a su edad ha formado parte de, por lo menos, siete equipos, según sus palabras. Además, hace apenas dos semanas logró consagrarse con su equipo, el United City F.C., a quienes capitaneó al título de la United Premier Soccer League.
Cabe resaltar que la UPSL, según su página oficial de internet, fue fundada en el 2011 y es una competencia de carácter semi profesional y pertenece a la cuarta división de la US Soccer, o sea la federación estadounidense.
De esta manera, con un título a cuestas, dos anotaciones en la temporada con su equipo angelino, Ruano se prepara para disputar su sexto partido al hilo con la Selección, este domingo a las 6 de la tarde, siendo su primera vez, en el mítico coloso de la zona 5.
“No me costó decidirme a jugar para el país de mi padre. En realidad, fue fácil, solo necesitaba la oportunidad de probarme y entrar al equipo. Me encanta estar aquí, siento una conexión que nunca había tenido. Nací en Estados Unidos, pero el nivel de orgullo y honor que siento cada vez que me pongo la playera no tiene comparación. En verdad es una experiencia única en la vida”, manifestó la lateral ambidiestra.
“Pienso que tenemos una grandísima oportunidad de avanzar a la primera Copa Oro. Tenemos una gran entrenadora con un gran equipo de trabajo. Creo firmemente en este equipo y en cada una de mis compañeras. Todas tenemos un rol que cumplir, ya sea que estés en el campo o en el banquillo. Este es un equipo, somos una nación. Y vamos por todo”, sentenció Ruano, que también se dedica a trabajar como diseñadora de interiores y quien a sus 33 años mantiene la esperanza de dar el salto a Europa para firmar un contrato profesional.
Así, Michelle, pasó de hacer pruebas para unirse al equipo de su ciudad natal y ser rechazada a sus 19 años, a ser la líder de un conjunto ganador, a ser seleccionada nacional y ser reconocida como una de las mejores futbolistas de Concacaf, luego de ser incluida por la organización en el XI ideal de la Liga A, luego del juego ante las reggae girlz, demostrando así que si te esfuerzas lo suficiente por algo que realmente anhelas, los sueños se vuelven realidad.