“Estoy muy feliz y satisfecha por haber recibido el gafete Fifa. Estoy agradecida por todas las cosas buenas que me han pasado”, indicó la juez central.
Carol Oliva es originaria de Zacapa, lugar donde reside en la actualidad. La profesión de árbitro la comparte con la de maestra de educación física en una escuela de Gualán, donde transmite el amor al deporte a los pequeños.
“Todo nace por la inquietud y el deseo de mantenerme en forma, siempre me ha gustado el deporte y ser árbitro me hace sentir bien”, indicó la referí guatemalteca.
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Oliva, de 25 años, aseguró que uno de los aspectos más complicados a los que se ha enfrentado es el machismo en el futbol. “Hay mucha discriminación en esta profesión, eso hace difícil el trabajo, pero he aprendido a sobrellevarlo”, resaltó.
“Recuerdo un día antes de un partido, entre al camerino y un jugador se asustó que yo sería la central. Me miró y me dijo: “las mujeres también pitan…”, yo me simplemente le dije que sí y que lo hacemos bien”, relató.
La árbitro estudia la licenciatura en deporte los sábado en la ciudad capital, pero en los últimos meses se le ha complicado debido a su trabajo con juez central en la Liga Femenina y en la Tercera División del futbol nacional.
Hasta el momento no ha tenido la oportunidad de dirigir en el extranjero, lo cual espera con ansias. “Solo me han invitado a algunos cursos, los cuales lo he aprovechado de gran manera”, hizo ver.