A pesar del dolor por la pérdida de familiares y amigos, además de sus viviendas, los refugiados olvidaron por unos momentos la tragedia y jugaron futbol en el centro del albergue, mientras algunos almorzaban en sus camas y disfrutaban de ver el entusiasmo de los pequeños mientras corrían tras el balón y sonreían con los futbolistas.
El aporte económico que entregaron los futbolistas es el derivado a una colecta que realizaron entre ellos y una ayuda de la Federación Nacional de Futbol de Guatemala, auqque no se dio a conocer la cifra exacta.
160 personas están refugiadas en el Albergue Municipal; 40 son niños.
Tan solo a instantes de hacer su arribo al albergue, los seleccionados fueron buscados por varios niños para jugar al futbol, situación que hizo que los pequeños tuvieran un grato momento de recreación, a la par de sus ídolos, dejando a un lado el mal momento por el que atraviesan.
“El futbol es mágico. Se olvidan un ratito de lo malo y se ponen a jugar con la pelota”, dijo Carlos el Pescadito Ruiz, el jugador más buscado por los refugiados, y quien se mostró totalmente conmovido por la situación.
Tampoco faltó la solicitud de autógrafos por parte de los presentes y las fotografías con jugadores como Stefano Cincotta.
El jugador más buscado por los infantes fue el capitán y referente Carlos Humberto Ruiz, quien no dudó en compartir con ellos y de entregarles un mensaje de paz y de solidaridad. “Estamos acá para ayudarlos y motivarlos”, enfatizó el artillero de Municipal.
Después de compartir por una hora con los afectados, los jugadores regresaron al Proyecto Goal de la zona 15 capitalina, en donde preparan el partido amistoso del próximo jueves ante Honduras, en Tegucigalpa.