“¡Le queda grande el equipo!”, continuaron los gritos de los intranquilos seguidores escarlatas, que observaron con incredulidad como los toros los arrollaron en el segundo tiempo, para consumar lo que propusieron desde la primera mitad.
Habría que rebobinar la máquina del tiempo para recordar cuando una oncena de futbolistas visitantes puso a correr a los ediles detrás del esférico, tal y como lo hizo el conjunto bien dirigido por el costarricense Ronald La Bala Gómez.
“En el primer tiempo Municipal no sabía qué hacer y en el segundo sabíamos que se iban a desesperar. Hay una idea clara de partido, y de un equipo que está bien armado”, explicó satisfecho el timonel Gómez, quien ayer cumplió su octavo partido invicto —cuarto de visita, después de 71 descalabros seguidos—.
Si muchos pensaban que la caída que le proporcionó Petapa a Municipal el domingo pasado fue un accidente, ayer quedó demostrado que las pocas ideas de los jugadores rojos comienzan a nublarse y es hora de enderezar el rumbo.
Aunque sin merecerlo se pusieron con ventaja en el marcador por un fortuito gol del salvadoreño Jaime Alas —minuto 41—, unos ordenados fronterizos se encargaron de bajarlos de las nubes.
Ni el delantero Carlos Kamiani Félix, quien se perdió cuatro partidos por estar lesionado, pudo maquillar en su regreso a la cancha de la mala actuación edil, que ayer sumó su tercera derrota del certamen.
Janderson Pereira, quien solo Machaín sabe por qué lo alineó en lugar de Alexis Matta, volvió a demostrar que la elástica roja le queda grande con los pronunciados silbidos de los aficionados.
No hay ninguna duda, Malacateco, apoyado en el doblete de Edward Santeliz —66 y 68—, fue el justo ganador de un juego, en el que el hijo del presidente del club, Gerardo Villa, perdió los estribos en el palco del Estadio Manuel Carrera al contestar los constantes reclamos de los fanes.