Pese a que el equipo más popular de Chile consiguió su 31 corona, las imágenes de televisión y los portales digitales se dedicaron a repetir una y otra vez las imágenes de decenas de hinchas que con hierros en sus manos derribaron las vallas del estadio Elías Figueroa para copar la cancha.
“Es evidente, las condiciones no están dadas el partido debió ser suspendido”, dijo el árbitro Enrique Osses a la televisión local.
Con los equipos en la cancha dispuestos a comenzar el encuentro, hombres generaron destrozos en cámaras de televisión y en los arcos.
Debido a la violencia desatada en la cancha, los jugadores debieron retirarse del campo de juego.
Tras más de diez minutos de incidentes, la policía local -que no tiene presencia en los estadios durante los partidos- entró al escenario, lo que provocó el retiro masivo de los intrusos del campo.
Vergonzoso
“Lo que hemos visto ha sido lamentable. Algo que debió ser una fiesta fue empañada por hechos que no tienen que suceder en Chile. Esto fue trabajado por las autoridades, no obstante, la velocidad de reacción fue lenta”, dijo el jefe del sistema encargado de la seguridad en los estadios, José Roa, a medios locales.
Las imágenes del descontrol cruzaron el océano y llegaron a Europa donde el capitán de la selección chilena campeona de la Copa América-2015 Claudio Bravo y portero del Barcelona publicó en su cuenta de Twitter: “Pero … la misma historia de siempre. Los delincuentes al poder. Queremos un Chile seguro”, además de un cuestionamiento al gobierno de su país.
Gary Medel y Jorge Valdivia fueron otros de los seleccionados que expresaron su molestia con la situación.
Según medios locales, los incidentes comenzaron horas antes del partido en las afueras del estadio, por lo que la Policía desplegaba un fuerte operativo en Valparaíso y en Santiago para controlar los festejos del campeón.