En su declaración, el Papu explicó que tomó una cucharada de jarabe de su hijo más joven para aliviar una tos que padecía en noviembre del año pasado, cuando aún jugaba en Sevilla.
“La presunta infracción tiene su origen en la presencia de Terbutalina en mi organismo por haber recibido, por error y de forma accidental, involuntaria y no intencionada, una cuchara del jarabe de mi hijo pequeño, para el alivio de la tos”, afirmó Gómez, en un intento por aclarar los hechos.
Además, confirmó que ya fue notificado de una suspensión de dos años, y no fue convocado para el partido de su equipo Monza contra la Roma en la Serie A, viendo el juego por televisión.
La notificación de la suspensión lo ha dejado en un momento crucial de su carrera, ya que no se ha definido su futuro en el fútbol profesional.
A pesar de la sanción, el comunicado no aborda la decisión futura que tomará en su carrera en caso de que la apelación de sus abogados no tenga éxito.
Si la suspensión se confirma, Gómez la cumpliría cuando tenga 37 años, lo que podría llevar a su retirada del fútbol, una posibilidad que ya había insinuado cuando dejó el Sevilla. No obstante, Gómez envió un claro mensaje: “No me quiero retirar de esta manera, no me lo merezco”.