Ya no hay caso Mbappé, al menos sobre el terreno. Ya es titular en el bloque de Luis Enrique, como también lo es Dembélé. Es el vértigo que necesita el equipo parisino, sumado a la facilidad goleadora de Asensio, al desborde de Vitinha, desequilibrante en el regate, en el giro y en la conducción. Reunidos los cuatro, la vida es más fácil para el creciente PSG.
Mientras asume la nueva identidad de Luis Enrique, aún en construcción, todavía lejos de todo lo que quiere el entrenador, el campeón francés vive del ingenio individual. Cuando se combina es imparable. Los goles, el hecho más preciado e irrebatible del fútbol, fueron el ejemplo perfecto de todo lo que posee en su plantilla el equipo parisino, aún por reafirmar.
El 1-0 fue de Marco Asensio. La definición incontestable del internacional español, que controló, se perfiló y marcó con la izquierda, como si fuera lo más sencillo del mundo, fue la culminación de la desbordante acción de Vitinha, que desbordó a todos en cuanto conectó en una pared en su campo con Mbappe y avanzó hasta el borde del área a toda velocidad.
No lo consiguió el PSG hasta el borde del descanso. Antes, presionado y trompicado por el acecho sobre su salida de balón del Lens, insistente y resistente, había sido un equipo insustancial. En un ritmo lento, que le sienta fatal, es un conjunto imcomprensible. Cuando activa su rapidez, cuando corre Dembele, cuando aparece Mbappe, es un ciclón expresivo.
– Faixas dos ultras do PSG para Neymar em Paris e para Lionel Messi em Miami.
"Finalmente livres do rude"
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— LIBERTA DEPRE (@liberta___depre) August 26, 2023
El problema es que no ocurre tanto como debería. No sucede casi. En el primer tiempo, en el gol y en dos momentos más, esporádicos. En los dos, el remate final fue de Mbappe. En los dos, el pase fue de Dembele. El primero lo repelió el portero Samba, con el pie. El segundo, con una media chilena, lo despejó la defensa en su recorrido hacia la red.
La siguiente ocasión, que lo repitió, marcó el 2-0, en el comienzo de la segunda parte. De nuevo, una asociación veloz. De Lucas Hernández a Vitinha. De Vitinha a Lucas Hernández. Y, finalmente, a la llegada de Mbappe, que culminó todo con un derechazo imparableal borde del área. Lo celebró con efusividad. Abrió los brazos, saltó y los cruzó, antes de ser abrazado por todos sus compañeros, entre la sonrisa en el banquillo de Luis Enrique. Partido resuelto.
Esto que coño es, porque parece que Kylian Mbappé está llorando no creo que haya sido su último partido en el PSG. pic.twitter.com/5G1BEV632E
— Marito 🐢 (@MarioHurtado5) August 26, 2023
Los jugadores del PSG rodeando a Mbappé en un círculo… Esq huele a despedida que flipas pic.twitter.com/vxeGTovwVV
— 𝘊𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰 ⚽ (@Camavinismo) August 26, 2023
Aún apuntó Mbappe al 3-0, frustrado por Samba, como Wahi, en su debut con el Lens, amenazó con debatir la victoria local con un tiro solventado por Donnarumma. Ya en el tiempo añadido, el delantero francés amplió su cuenta personal y la victoria, con su segundo gol del encuentro: un remate dentro del área que chocó en dos defensores. El 3-1, en la última jugada del choque, fue de Morgan Guilavogui, tras golpear en Skriniar.
First win, first goal. 😁⚽️
Ici c’est Paris 🔴🔵@psg pic.twitter.com/tbeTAzlPhx— Marco Asensio (@marcoasensio10) August 26, 2023
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