“Durante mi segundo año en Madrid (2012-2013), José Mourinho me dio una patada en el c…. Yo no estaba bien, no lograba hacer lo que quería en el campo. Me dijo: ‘¿Por qué no corres en el entrenamiento?’. Mi primera reacción fue gruñirle: ‘Venga, ya vale’. Pero sabía que tenía razón, podía dar más”, comentó el jugador al “Journal Du Dimanche”.
El central, que ahora tiene 22 años, reconoció que el toque de atención del técnico luso fue por su propio interés.
“No necesita hacer discursos largos. Es preciso y directo. Era por mi bien. Necesito cuestionarme a mí mismo para dar resultado. Sin esa presión regular tendría tendencia a vivir de las rentas”, declaró.