Van der Vaart fue el fichaje estrella del nuevo director deportivo bético, Eduardo Maciá, y finalmente se convirtió en el baldón de su gestión por su nulo rendimiento y lo elevado de la operación, cifrada en un total de siete millones de euros por los tres años de contrato que suscribió.
Pronto se vio que el holandés llegó fuera de forma y que no puso excesivo empeño en recobrarla para entrar en la dinámica de un equipo recién ascendido que pasó de la ilusión por la llegada de este internacional a la decepción por su nula participación y escaso compromiso.
Los números de Rafael van der Vaart en el Betis son elocuentes, ya que ha disputado siete partidos, dos como titular, y fue sustituido en otras tantas ocasiones, lo que, unido al conocimiento de la afición del elevado coste de la operación, provocó muy pronto el rechazo de la grada verdiblanca.
Piden salida
Este hartazgo se hizo patente este verano durante el acto de presentación de las camisetas del Betis, en el que una parte sustancial de los asistentes comenzó a corear el lema “Echa a van der Vaart, echa a Van der Vaart”, encargo dirigido al presidente del Betis, Ángel Haro.
Muy pronto, el nuevo entrenador del Betis, el uruguayo Gustavo Poyet, dijo que no contaba con el holandés y con otros de los fichajes de la era Maciá como el lateral izquierdo peruano Juan Manuel Vargas o el centrocampista francés Didier Digard, también de escaso rendimiento en su única temporada como verdiblancos.
De madre andaluza, natural de Chiclana de la Frontera (Cádiz), Rafael Ferdinand van der Vaart (Heemskerk, 1983) ha sido internacional con Holanda en 109 ocasiones, disputado dos mundiales y tres Eurocopas, y con la camiseta 'oranje' ha anotado 25 goles.
Inició su carrera deportiva profesional en el Ajax de Amsterdam, continuó en el Hamburgo, el Real Madrid, el Tottenham Hostspur y de nuevo en el Hamburgo, desde donde llegó al Real Betis.