La Juventus de Turín perdió en Cardiff la final de la Champions ante el Real Madrid por 4-1 y miles de aficionados del equipo italiano siguieron el partido a través de pantallas gigantes instaladas en el centro de Turín.
Tras el tercer gol del Real Madrid, en el minuto 64 de partido, se desató el pánico en Turín después de que se escuchara un estallido, lo que habría generado una falsa alarma de bomba.
La gente comenzó entonces a empujar y correr. Algunas personas cayeron al suelo y otras corrieron a refugiarse debajo de los techos de los kioskos.
La avalancha humana dejó más de 1.500 heridos, entre ellos un niño de siete años que estuvo dos días en coma pero que salió este martes del hospital.
La alcaldesa de Turín, Chiara Appendino, y la policía local recibieron muchas críticas por la poca seguridad del evento.
Appendino se reunió hoy con los familiares de la mujer fallecida y ordenó que las banderas ondeen a media asta en los edificios públicos.
Una tragedia atroce e assurda. Non ci sono parole per quanto successo ad Erika. Solo silenzio e rispetto di fronte a una morte inaccettabile
— Leonardo Bonucci (@bonucci_leo19) June 16, 2017
Rabbia. Dolore. Sconcerto. Sono vicino a tutti i familiari, parenti e amici di Erika. La mia preghiera e il mio pensiero.
— Gianluigi Buffon (@gianluigibuffon) June 16, 2017
Una morte assurda in quella che doveva essere una notte di festa. Riposa in pace, Erika.
— Paulo Dybala (@PauDybala_JR) June 16, 2017