La pantaloneta le tapa las rodillas y la camisola casi le llega hasta las muñecas. Se diviertan jugando al fútbol, pero lo único que no puede hasta ahora es el vicio de llevar un pepe en la boca, incluso cuando gambetea dentro de la cancha.
Ariel, su papá, le ha contado algunos detalles del particular hábito a los medios argentinos. “El chupete (pepe) es fundamental para él. Sin él no está tranquilo, no duerme… Como le dije al profe de Argentinos, con el chupete juega mejor”, según le contó al medio Infobae.
En su historia de vida, desde hace dos años y medio, limpia pasillos en el nudo 10 del Barrio Ejército de los Andes, conocido popularmente como Fuerte Apache, junto con su hermano.
“Hay días que tenemos y días que no. A veces vamos con las botellitas de agua y sin carga en la Sube. A Ulises, cuando alguna vez no le pude comprar una empanada o tomar un helado, le expliqué que a veces hay y a veces no. Somos humildes y muy creyentes, hay un Dios grande que un día nos va a recompensar”, remarcó.
Sobre el juego del pequeño Ulises, mencionó: “Tiene mucha energía, va y viene todo el tiempo. Y cuando la agarra en mitad de cancha, le da para adelante”.
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“Antes usaba un collar en el que tenía 5 ó 6. Tiene un chupete abajo de la cama, otro en la cocina; por toda la casa hay. Sabemos que no lo recomiendan, por los dientes y el paladar, e intentamos sacárselo, pero no dormía, se la pasaba toda la madrugada despierto y tampoco comía”, explicó.
En un primer momento, los entrenadores de Argentinos le recomendaron que no se entrenara y jugara con el chupón en la boca por temor a recibir algún pelotazo o que se lastimara en alguna caída, pero fue su propio padre el que los alentó a que lo habilitaran a usarlo mientras jugaba porque así se sentía más cómodo.
“No tiene vergüenza para nada de usarlo”, aseguró Ariel, que acompaña a sus dos hijos a las prácticas y partidos.