Ceferin aludió a “los problemas de los seguidores y a los incidentes que podrían causar duras sanciones contra el fútbol croata”.
Suker, por su parte, reclamó a las autoridades de su país “una ley justa sobre el hooliganismo” .
Los aficionados croatas están considerados entre los más violentos del mundo.
En los estadios se escuchan cánticos pronazis y se exhiben símbolos del régimen colaboracionista que gobernaba el país durante la Segunda Guerra Mundial.
En la Eurocopa de Francia, el encuentro frente a la República Checa tuvo que ser interrumpido por lanzamiento de bengalas.
En 2015, una esvástica fue dibujada en el césped en un partido entre Croacia e Italia.