Para Martino, que precisamente entrenó a Messi en el curso en el que se quedó en blanco, el 2013-2014, este jugador está “por encima del nivel habitual que siempre ha tenido”.
Ante Paraguay, una selección a la que ‘Tata’ guarda mucho cariño por haberla dirigido entre el 2006 y el 2011, no dio pistas del once que pondrá en liza.
Declinó desvelar si será Lucas Biglia, renqueante, o Éver Banega el volante elegido; así como si Pablo Zabaleta, con molestias, o Facundo Roncaglia ocuparán el lateral derecho; y la principal cuestión de interés generalizado: quién acompañará en el ataque a Messi y Ángel di María.
Sergio ‘Kun’ Agüero, Carlos Tévez y Gonzalo Higuaín pelean por ese puesto de ‘9’.
“La alienación la tenemos que hacer independientemente de las noticias que ustedes tienen, que son muy buenas. Mañana veremos cuál es el elegido”, dijo Martino, ante la insistencia de los periodistas, que apuntan al ‘Kun’ como el titular.
No obstante, elogió al medio del Sevilla Banega del que dijo que “es un chico como los de antes que hacen jugar al equipo y está en un gran momento” y a Nicolás Otamendi, central del Valencia, al que consideró “entre los mejores del mundo”.
Tampoco abrió juego con la situación del meta Sergio Romero, aunque dejó entrever que jugará, pues dijo que se encontraba en condiciones físicas para hacerlo.
Sobre el rival, del que Martino se deshizo en palabras de afecto, situó “el amor propio” y el juego aéreo como escollos principales.
“El juego aéreo es algo tradicional del futbolista paraguayo. Esta selección tienen un juego aéreo muy importante, no solo por la talla, si no por lo bien que van arriba”, juzgó.
Martino, de 52 años, recordó su paso por el combinado guaraní, con el que llegó a los cuartos de final del 2010 y al subcampeonato de la Copa América en el 2011.
“Mi respeto y cariño hacia todos (…) será un gran gusto volver a encontrarme con ellos”, aseveró.
Finalmente Gerardo Martino desveló que en las vísperas de los partidos duerme “como un león”.
Martino (de pie) le tiene mucha confianza a la Selección de Argentina, pero mucho más a Lionel Messi.