Y todos -o casi todos- adoraban ese estilo valiente y sus lecturas de juego. Pero el 14 de marzo marcó el fin del idilio.
Fue entonces cuando el Sevilla cayó eliminado de la Liga de Campeones al perder por 2-0 en campo del Leicester tras un ejercicio estéril de fútbol y sin dejar rastro de personalidad. Y así hasta llegar al día de hoy, al que el conjunto de Sampaoli llegó tras un mes sin ganar y después de sumar apenas tres puntos en las últimas jornadas de la Liga española.
Su equipo se cayó. Tanto física como anímicamente. De tal forma que el Atlético de Madrid logró enjugar los nueve puntos de desventaja que tenía hasta situarse a la par que el conjunto andaluz en la pelea por la tercera posición de la Liga española.
En estas circunstancias visitará Sampaoli el Camp Nou para medirse al Barcelona en un reto con cuentas estadísticas pendientes: siempre perdió ante los azulgrana. Cayó en los dos encuentros de la Supercopa de España y también en el de la primera vuelta de la Liga española.
No es el campo azulgrana un escenario propicio para el Sevilla, que no gana allí desde el 5 de enero de 2010, en un partido de los octavos de final de la Copa del Rey. En Liga española no lo hace desde diciembre de 2002.
La visita de Sampaoli coincide con un momento en el que se reactivaron los rumores de un posible interés de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) por contratarlo para la selección albiceleste en lugar de Edgardo Bauza, aunque el ruido pareció mitigarse en las últimas horas. En cambio, desde Holanda salió un presunto interés de su equipo nacional por contratarlo.
“Es algo injusto para todos, porque hay un entrenador trabajando y no he hablado con nadie”, dijo Sampaoli el fin de semana sobre el presunto interés de Argentina.
Más enterrado todavía parece el eventual interés del Barcelona por contratarlo, si es que alguna vez existió. La “vía española” de Ernesto Valverde o Juan Carlos Unzué parece ahora la favorita en el club catalán. Sin embargo, bastaría un “golpe” de Sampaoli en el Camp Nou para que muchos periodistas volvieran a defender su candidatura.
Pero a nadie le interesa más el triunfo que al propio hincha del Sevilla, muy preocupado por la marcha de un equipo derrumbado en estos momentos. Si hasta hace unas pocas semanas celebraba la pelea por el título de la Liga española, ahora no hace otra cosa que mirar hacia atrás con pánico y preguntarse si con lo que hay le alcanzará para estar entre los cuatro primeros y entrar en Liga de Campeones.
Sampaoli firmó con el Sevilla esta temporada y una más. En febrero, en plena vorágine de fama y especulaciones, le ofrecieron prolongar el contrato, pero de eso no se volvió a hablar. Y menos en estos tiempos. Su cláusula de rescisión es de 1,5 millones de euros (US$1,6 millones de dólares) y ya anunció que tiene previsto reunirse con el club esta semana.
