Sorprendió Louis van Gaal dejando a Ander Herrera y a Memphis Depay en el banco y apostando por el joven canterano Jesse Lingard en el costado izquierdo, en una línea de mediapuntas con Juan Mata, Wayne Rooney y el propio Lingard.
Cuatro minutos tardó en llegar la primera aproximación con peligro de los locales, después de una gran jugada por la izquierda de Lingard que centró Marcos Rojo y que Rooney, de primeras y con la zurda, mandó ligeramente desviada.
Tenía la posesión y atacaba el United, muy dependiente de una genialidad de Rooney, Mata o Martial para hacer daño a un CSKA muy serio en defensa, que buscaba siempre en velocidad al rapidísimo Ahmed Musa.
A los 15 minutos la tuvo Martial tras rematar de primeras un gran pase largo de Daley Blind, pero su disparo lo atrapó manso Akinfeev.
Sin embargo, la ocasión más clara de la primera mitad llegó en el minuto 33, después de una gran jugada por el costado derecho que no encontró rematador en el punto de penalti y que Lingard, desde el borde del área, mandó a las nubes.
Apenas tres minutos después fue Rojo el que tuvo en sus botas la oportunidad de inaugurar el electrónico de Old Trafford, pero su volea tras el centro desde la derecha de Ashley Young se fue por milímetros del palo derecho de Akinfeev.
El tanto inicial no llegaba y la siempre exigente grada del Teatro de los sueños se empezaba a impacientar: “Queremos atacar, queremos atacar, somos el Manchester United y queremos atacar”, cantaba, a la vez que se oían los primeros silbidos de los aficionados.
Mortales
Salieron con otro aire los diablos rojos en la segunda mitad, buscando más a Mata y con un Rooney más participativo.
Un saque de esquina del 10 lo remató libre de marca Rojo, pero su cabezazo se fue ligeramente desviado ante un Akinfeev que hizo la estatua.
Un par de minutos más tarde fue Martial el que la tuvo en su cabeza para abrir el marcador, pero el guardameta visitante atrapó fácil el esférico.
Dio entrada Van Gaal a Fellaini por Martial -algo que no gustó a la afición- y colocó a Rooney en una posición más adelantada. Mejoró el United y primero el propio Rooney tras una buena jugada de Mata y luego Carrick pudieron romper la férrea defensa, aunque ninguno acertó.
Se fueron al ataque los moscovitas y De Gea tuvo que emplearse a fondo para salvar un mano a mano que enmudeció a Old Trafford.
Del casi 0-1 se pasó al 1-0 en apenas dos minutos, cuando en el 80 Rooney remató de cabeza a la red un centro desde la derecha de Lindgard, el mejor esta noche.
Pese a los tardíos arreones de los de Leonid Slutsky, inoperantes en ataque durante los 90 minutos, el marcador no se volvió a mover y el United celebró una victoria que se antojaba vital en sus aspiraciones europeas.