“Quería demostrarles de lo que soy capaz”, añadió Alaa Ahmad, que esperaba con impaciencia el partido contra el popular equipo de Bagdad, que cuenta con una gran cantidad de internacionales en la selección nacional.
El partido acabó con empate a un gol y el joven arquero rompió a llorar tras el pitazo final, despertando la curiosidad de sus compañeros, que no entendían la reacción ante un resultado que consideraban muy positivo.
Alaa Ahmad reveló entonces lo ocurrido y la noticia se propagó rápidamente a través de las redes sociales, con numerosos mensajes de apoyo y empatía hacia el portero.
Uno de los árbitros del partido, Sabah Abed, aseguró que Ahmad había “jugado un encuentro espectacular”.